En marzo, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Araby, daba por cerrado un acuerdo para crear una fuerza militar unificada que luchara contra el Estado Islámico (ISIS). Ocho meses después, más allá de las atrocidades cometidas por el grupo sunita en Siria, Irak y Libia y sus consecuencias, sobre todo la legión de refugiados que intenta arribar cada día a Europa, aquella iniciativa quedó en agua de borrajas, excepto los combates de Arabia Saudita y una decena países contra los rebeldes hutíes, emparentados con Irán, en Yemen. En Siria, finalmente, han intervenido Rusia, los Estados Unidos y algunos países europeos, aunque estén enfrentados entre sí sobre el destino de Bashar al Assad.
El plan de la Liga Árabe consistía en desplegar al mayor de sus ejércitos –el egipcio– con la financiación de las petromonarquías del Golfo, pero una de ella, Qatar, rica en gas, no comulga con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, por su responsabilidad en el derrocamiento de Mohamed Mursi, apoyado por el emirato. En eso quedó todo. En nada. O en casi nada. Entre los árabes, según me comentaron en la cumbre con los países sudamericanos que se realiza en Riad, Qatar y Argelia patearon el tablero por sus diferencias sobre el proceder de la eventual fuerza militar unificada en Siria, en guerra interna desde 2011, y en Libia, con dos gobiernos que rigen sus destinos en forma simultánea rumbo a la incertidumbre.
En la otra trinchera, el jefe de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, convocó a "los hermanos muyahidines" (combatientes sunitas de todo el mundo, incluidos los del ISIS) a unirse contra la "agresión norteamericana, rusa, iraní y europea" en Irak y en Siria. El sucesor de Osama bin Laden instó de ese modo al frente del Sham (el Levante mediterráneo) a no matarse entre sí, como ocurre en Siria entre el ISIS y el Frente al Nusra, afiliado a Al Qaeda. Propuso una reconciliación tras el divorcio entre ambos bandos a pesar de su pésima relación con el califa Ibrahim (Abu Bakr al Bagdadi), líder del ISIS, "de Marruecos al Cáucaso y Somalia, para frenar a los sistemas apóstatas y la alianza de los cruzados y los chiitas (mayoría en Irán e Irak)".
¿Están más cerca de una alianza Al Qaeda y el ISIS que la Liga Árabe? Un diplomático saudita me dijo que sí, porque la región está pagando con creces la segunda guerra contra Irak, así como la ausencia estatal en algunos países y la fragmentación territorial. El ISIS, agregó, necesita un territorio para existir, razón por la cual domina parte de Irak y Siria, mientras que Al Qaeda es una suerte de hidra a la cual "le cortas un brazo y te aparecen siete o más en cualquier lugar". El ISIS, a su vez, ha impuesto un orden basado en el terror en el cual, a diferencia de varios gobiernos, no existen la corrupción ni la inseguridad, "salvo que te consideren su enemigo por ser cristiano, chiita u occidental".
iLEA MÁS:/i
div class="embed_cont type_freetext" id="embed65_wrap" rel="freetext">