—Claro, sí. Fue de muchísimas ilusiones y con mucha expectativa de lo que podía llegar a ser mi vida. Lo había empezado a hacer como un juego, pero un día mirándome al espejo me di cuenta de que era cuando sentía la mayor felicidad.
—Diecisiete años. Supe que era por ahí el camino y que no me equivocaba. Era otra Argentina, estamos hablando del noventa y pico. Yo iba medio escondida, porque si te veía un policía, te metían presa por llevar ropa contraria a tu sexo. Era una contravención. No eras libre de andar por la calle. Imaginate qué locura.
—Sí, un vestidito negro como un solerito, sencillo. Lo debo tener todavía por ahí guardado, porque hay cosas que siempre fui dejando, pero hay otras que fui guardando.
—Sí, mi mamá era costurera. Habrá sido tan fuerte el vínculo que me habrá unido a mi madre que ella cosía mientras estaba embarazada de mí; entonces se ve que el taca taca del pedal lo habré tenido tan incorporado que después, cuando tenía más o menos 6, 7 años, enhebré la máquina y empecé a coser.
—Era un lugar que me acercaba a ella, sí.
—Bien. Antes creía que había sido bastante severo, pero hoy que soy madre creo que no existe un manual para la paternidad. Habrá hecho lo que pudo. Quedarse solo con dos criaturas siendo muy joven habrá sido muy difícil para él.
—Mucho, así como siento que mi papá en su momento ha sido muy severo, también me ha inculcado el respeto hacia el trabajo, hacia las personas. La educación que él me dio siempre se la voy a agradecer. Pensá que me fui de mi casa a los 17 años. Me han pasado diferentes tipos de cosas, pero siempre supe elegir el buen camino. Nunca me dejé tentar, he visto de todo y he vivido de todo, pero siempre tuve esa intuición de ir por el lugar donde yo sabía que me iba a ir mejor.
"Después de la muerte de mi querido amigo Jorge Ibañez, intento vivir disfrutando cada momento, porque no sé cuánto voy a estar".
—Tuvo que ver con un montón de cosas. Sentía en ese momento que para poder crecer o alcanzar mis sueños necesitaba extender mis alas. Una vez que me fui nunca más volví. Si volvía, lo vivía como una derrota. Hoy por hoy la gente tiene la posibilidad. Yo en ese momento me sentía muy sola, no sabía que existía la diversidad, que había homosexuales, no había información, no había internet. Toda la información era negativa. Los gays se mueren de sida. Yo quería vivir como mujer y muchos decían: "Y bueno, pero tenés que vivir de noche". Yo pensaba: "¡Qué locura! ¿No vivir de día? ¿No ver el sol?". Mi primer desafío fue ese, decir: "Yo voy a ser una chica trans, voy a vivir como mujer, pero voy a vivir como cualquier mujer de la Argentina. Voy a salir e ir al supermercado. Voy a tener un trabajo. Voy a vivir mi vida como yo quiero". Y fue lo que hice. Fue tanto lo que me dijeron que no iba a conseguir nada en la vida por ser así que le quise demostrar a todo el mundo que sí se podía. Obviamente he llorado, me han discriminado y he pasado cosas tremendas que quizás no le desearía a nadie, pero todas esas cosas me fortalecieron.
—Siento mucho orgullo, porque por suerte siempre quise seguir adelante. Después de la muerte de mi querido amigo Jorge Ibáñez quise duplicar la apuesta y vivo aún más con alegría y disfruto cada momento, porque no sé cuánto voy a estar y no quiero que mis hijos vean una mamá amargada, una mamá triste. Me preocupo por cosas, pero no dejo que me amarguen.
—Sí, vive. Va todos los veranos a Carlos Paz. Me encanta la relación que tiene con mis hijos y cómo ha crecido el vínculo con nosotros, porque aprendí a comprenderlo. Ellos que no tenían nada, ningún tipo de información, ningún tipo de formación, ni siquiera estudió; tuvo que trabajar toda su vida para mantener a su familia y no la ha pasado nada bien. Lo respeto por todo lo que ha hecho, por lo bien que ha hecho conmigo.
—Sé que quizás para muchos padres que hoy por hoy me estarán viendo no debe ser nada fácil comprender las cosas de la vida. Por ahí vos tenés una hija y te sale lesbiana. No sé si es lo que desearían, pero es lo que te tocó. Si pueden construir una vida, pueden ser felices, pueden tener una carrera, pueden ser personas exitosas en lo que quieran. No se puede condenar a una persona por la sexualidad, sigue siendo tu hija, sigue siendo ese bebé que vos criaste con tanto amor. Que haya crecido y que haya elegido una sexualidad diferente no quiere decir que lo tengas que condenar por eso.
—Sí. Un montón.
—Tiene que ver con la comprensión, la tolerancia, darse cuenta que uno es un par en la vida. Cuando uno encuentra a la persona indicada, deja de buscar. Siempre va a haber personas atractivas, una fantasía, pero cuando vos encontraste a la persona que te hace estremecer, con la que podés charlar, con la que te divertís, que salís y tuviste esas noches de sexo increíbles y te fuiste enamorando, uno va construyendo una vida. ¿Viste cuando uno dice esas mariposas? Para mí nunca se van. Mis amigas me dicen que soy tremendamente fantasiosa. Me gusta generar momentos románticos, me gusta la salida de los dos, que te diga cosas lindas, los mensajes de texto.
—Por mi familia sí. Muchos años prioricé mi carrera, conseguí todo lo que quería. Trabajé con las personas más importantes, Gerardo Sofovich, Adrián Suar, Marcelo Tinelli, toda gente estelar. Esta carrera tiene esta cosa, son como caricias al alma. Podría dejar, porque mi carrera es mi carrera, pero en mi camarín estoy sola. La gente te pide autógrafos, todo divino, pero cada uno se va para su casa... Para mí mi familia es lo más importante.
—Siempre hablamos, pero no queremos ilusionarlos por el tema de que queremos tener la certeza de que está todo bien. Cuando decidamos darlo a luz va a ser cuando hayan pasado los meses correspondientes.
—Mucha gente quizás pensará que estoy loca, pero no creo haber vivido una experiencia de tanta felicidad como en ese momento. El hashtag que inventé se llamaba "En el mejor de los estados". Nació porque yo estaba elevada del piso. Me levantaba con sol, me acostaba con luna llena, era música en mis oídos. Fue uno de los momentos más felices de mi vida.
—Me morí de amor, sentí una cosa que no podía creer. Fue lo más maravilloso que me pasó en la vida. Nunca fui de alzar bebés, nunca sentí la necesidad de ser madre hasta que se me despertó ese instinto que fue como infrenable, una cosa que no la podía parar con nada. Dije: "Yo no puedo pasar por esta vida sin pasar por esa experiencia".
—Viéndolo de afuera creo que debo ser bastante pesada. Soy extremadamente cariñosa, lúdica, juego muchísimo. Me gusta tener una relación muy estrecha con mis hijos, me gusta saber cuáles son sus gustos, qué es lo que comen, me gusta disfrazarnos, me gusta cantar, hacemos coreografías. Es importante que se sientan queridos, que se sientan amados. Me gusta que vengan a dormir a mi cama, no me preocupa en nada que vengan, que ellos me necesiten y que ellos quieran estar.
—Sí, al principio no quería y después dije: "Nunca más van a ser así, nunca más van a volver a tener esta edad". Entonces lo disfruto mucho.
—Antes sí, ahora no.
—No, les va a pasar como a todos, van a pasar de amarnos a odiarnos. Todos amamos a nuestros padres y todos los odiamos, y el que diga que no es mentira. Pasamos de una etapa de amor y después a esta etapa de vergüenza, que no queremos ni que se acerquen. Van a tener un vínculo tan importante con nosotros que van a poder suplir o afrontar cualquier tipo de crítica que le puedan llegar a hacer, porque nos van a querer.
—Me encanta lo que está pasando. Me gusta porque creo que durante muchos años han subestimado a las personas y esta última elección ha demostrado que la gente no es tonta. Te pueden decir muchísimas cosas los encuestadores, te pueden decir que este va primero y vos tenés que votar a este. Y después la gente hizo así y cortó boleta. Fue un cimbronazo para muchas personas. Que casi el 70% del padrón haya elegido entre Mauricio [Macri], entre [Margarita] Stolbizer, entre [Sergio] Massa, entre dirigentes que quizás uno hubiera dicho... Muchos decían voto perdido, pero la gente fue y votó. Que haya ballotage habla de que la gente, no sé si querrá un cambio o no, pero claramente está decidida a elegir. Lo importante como sociedad es que empecemos a pensar en conjunto, como ciudadanos y decir qué queremos construir como sociedad que quiere un país mejor, que salga adelante, que tenga jóvenes que quieran creer. Que quieran pensar que hay una sociedad, un país donde no solamente triunfa la gente que mete la mano en la lata. No solamente triunfa el que es medio guachito, el que es corrupto. No, que triunfa el que se rompe el lomo. Yo soy una mina que no tuvo nada en la vida. Me fui a los 17 años con un bolsito, sin nada. Hoy tengo un teatro en Carlos Paz, tengo una familia, una profesión. Lo hice con el trabajo, porque creí en este país. La gente tiene que entender que trabajando uno puede conseguir lo que sea. No te llueven las cosas. Si esperamos que nos salve una soga, vamos muertos.
—La tenemos que volver a construir. Yo quiero a un candidato que nos vuelva a meter eso en la cabeza.
"La gente demostró en la última elección que no es tonta, fue un cimbronazo para muchas personas"
—No, no voy a decir.
—Yo no tengo por qué defenderlo. La gente debe entender que nadie es trigo limpio acá, ni de un lado ni del otro. Todos se habrán equivocado. Quizás ellos, Mauricio, sí se equivocaron en eso. Creo que se equivocaron, que estuvieron mal, que se hayan abstenido, que no hayan estado muchos, que hayan votado en contra. ¿Pero quién no se ha equivocado en la vida?
—No, ¿cómo se van a perder? A mí me dicen muchas veces: "Traidora, te dieron el documento". No me lo dieron a mí, es una ley que se la dieron a la Argentina. Los políticos pasan y las leyes quedan. El kirchnerismo en este caso tuvo la grandeza de pensar en esta minoría y decir: "Bueno, el mundo ha avanzado". Se venía cocinando y sabían que las minorías a la hora de votar venían pisando fuerte. Eso es indiscutible. Después también tuvieron otras cosas que quizás sean dudosas o no, pero todos los partidos tienen cosas buenas y cosas malas.
—No lo hicieron para Florencia de la V, Florencia Trinidad. Lo hicieron para un país, porque eso benefició a muchísima gente. Estamos hablando de dignidad. Yo elegí esta vida. Sí, soy una chica trans y tenía un documento que no correspondía. A mí me daba mucho pudor ir a lugares. Quizás en la Argentina uno se hace una coraza y aprende a convivir con eso, que tenés un nombre masculino y tenés que darlo, y la gente ya te dice "Florencia". Pero cuando viajaba, entrar a otro país siempre era humillante, porque la gente no tiene por qué saber. Aunque se te note, no importa. La gente no tiene por qué saber qué tiene uno debajo de su ropa interior. Entonces, lo que la verdad hay que agradecer al kirchnerismo es que lo que hizo dignificó a muchísimas personas. No a Florencia. Yo no me siento una desagradecida, porque yo agradezco que lo hayan hecho para la Argentina, para mi país. Estas cosas hacen que nos vayamos acercando a los países civilizados. Como el matrimonio igualitario, porque mucha gente piensa: "Sí, lo hicieron ellos". Está buenísimo, pero han hecho otras cosas que también serán cuestionables, o no. Me parece que esto lo utilizan para agredir a Mauricio.