Boca Juniors superó a Rosario Central por 2 a 0 en la final de la Copa Argentina y levantó su segundo trofeo en cuatro días, luego de conseguir el torneo local el domingo pasado en La Bombonera. Pero el resultado quedó viciado de nulidad por los fallos arbitrales.
Se jugaban 37 minutos del primer tiempo cuando Marco Ruben convirtió el gol que abría el marcador para el Canalla. Sin embargo, la conquista fue invalidada por posición adelantada. El juez de línea, Marcelo Aumente levantó la bandera por un offside de Marcelo Larrondo, quien participa de la jugada pero no cabecea.
En el comienzo del complemento, Diego Ceballos sancionó un penal para Boca por una falta de Paulo Ferrari sobre Gino Peruzzi. La infracción existió pero fue afuera del área. Nicolás Lodeiro se hizo cargo de la ejecución y anotó el 1 a 0.
A los 44' del segundo tiempo, Marcelo Meli asistió a Andrés Chávez que liquidó el pleito con el 2 a 0. El juez de línea Marcelo Aumente no sancionó un supuesto offside del delantero de Boca, la jugada es milimétrica porque el defensor y el atacante están en una misma línea.
El asistente no usó en los dos fallos (el gol de Central y el del "Xeneize") el mismo criterio que establece el protocolo reglamentario: no detener una acción en caso de no estar seguro. Sancionó rápidamente la posición adelantada de Larrondo y no lo hizo con Chávez.