Si bien la Guerra Fría quedó atrás luego de la caída del Muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética, el mundo atraviesa hoy una tensión inusual entre Occidente y algunas potencias de Oriente, como por ejemplo la Rusia de Vladimir Putin y el régimen teocrático de Irán. Medio Oriente es, en la actualidad, la arena donde la tensión crece y las disputas por la Guerra Civil de Siria no se detiene.
Es en ese contexto que los presupuestos que destina cada uno de los gobiernos a la Defensa son importantes teniendo en cuenta la militarización que de facto se produce en ese sensible tablero del planisferio.
Los Estados Unidos continúan siendo los que más millones de dólares destinan a sus fuerzas de seguridad. Pese a que bajó en su presupuesto, este año el costo de la mantención de operaciones, personal y tecnología ascenderá a 569 mil millones de dólares. El año pasado fue de 587 mil millones, según consignó el diario inglés The Telegraph.
En América Latina, el único país que figura en el listado es Brasil, cuyo presupuesto en Defensa está al nivel de grandes naciones desarrolladas como Italia, Canadá o Australia. Sin embargo, el último año experimentó un descenso importante en la cantidad de dinero que el gobierno de Dilma Rousseff le destina: pasó de 34 mil millones de dólares en 2014 a 30 mil millones en 2015.