Once soldados y un policía murieron este lunes en un ataque del ELN, segunda guerrilla de Colombia que protagoniza conversaciones preliminares de paz con el gobierno, mientras custodiaban los resultados de los comicios regionales de la víspera.
"Mientras tuvimos una jornada electoral pacífica, la más tranquila de los últimos tiempos, el ELN asesinó hoy en Güicán (Boyacá) a 11 soldados de nuestro Ejército y un patrullero de la Policía que adelantaban el Plan Democracia para proteger nuestras elecciones", informó el presidente Juan Manuel Santos en una declaración televisada.
Desde la presidencial Casa de Nariño, Santos deploró lo ocurrido y subrayó que el hecho "demuestra que el ELN no ha entendido que este es el tiempo de la paz y no el tiempo de la guerra".
El gobierno avanza desde enero de 2014 diálogos previos con el ELN para lanzar un proceso de paz formal y paralelo al que ya sostiene con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), principal y más antigua guerrilla del país, para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado.
"Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o a fortalecerse en una eventual negociación está totalmente equivocado. Es exactamente lo contrario. He ordenado al ministro de Defensa y a las fuerzas armadas que redoblen los esfuerzos, que intensifiquen sus acciones militares contra esta organización", enfatizó Santos.
Además de los 12 muertos, otros tres soldados resultaron heridos y seis personas, entre uniformados y civiles, se encuentran desaparecidas, dijo el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, en una declaración emitida a continuación.
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"Hay que entender que el conflicto entre el ELN y el gobierno continúa. No se ha hablado de desaceleración, ni de declaración unilateral de alto el fuego. Estamos en una fase preliminar del proceso de paz", explicó a la agencia de noticias AFP Víctor de Currea, profesor de la Universidad Javeriana y experto en el conflicto armado colombiano.
De Currea, autor del libro "¿Por qué negociar con el ELN?", no cree que los rebeldes hayan buscado hacer una demostración de fuerza. "Es un acto más de la guerra", precisó, negando que el ataque ponga en riesgo un eventual proceso de paz.
En cambio, para el analista del centro de estudios del conflicto Cerac Jorge Restrepo, este ataque aleja un proceso de paz a corto plazo. "Esto va a conducir a una escalada de las acciones de la fuerza pública contra el ELN, que reducirá aún más la probabilidad de que ese diálogo se dé", dijo.
Hace diez días, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que ha insistido en la disposición de su país para ser sede de una eventual mesa de conversaciones entre el gobierno de Santos y el ELN, calificó de "exitosas" la media docena de reuniones reservadas de representantes de ambas partes realizadas en territorio ecuatoriano.
El gobierno colombiano mantiene, no obstante, su ofensiva contra este grupo armado, que según fuentes oficiales cuenta con unos 2.500 combatientes.
La semana pasada, operaciones militares en el departamento de Bolívar (noreste), dejaron seis guerrilleros muertos y uno herido. Un mes antes, otros seis rebeldes del ELN habían sido abatidos en el departamento del Cauca (suroeste).
El ataque de este lunes, realizado con explosivos, según el Ejército, tuvo lugar a media mañana en el resguardo indígena de Bachira, jurisdicción del municipio de Güicán, a unos 400 km al noreste de Bogotá, muy cerca de la Sierra Nevada de El Cocuy.
Los efectivos custodiaban el transporte de 242 votos emitidos en dos mesas hacia la cabecera municipal de Güicán, informó la Registraduría, que identificó a sus funcionarios desaparecidos como Wilmer Ussa, de 20 años, y Leonel Mora, de 27.
Las autoridades dijeron que continuaban las operaciones en la zona para buscar a los desaparecidos y capturar a los responsables.