Rusia presentó un plan de nueve puntos durante una reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, y sus homólogos estadounidense, turco y saudita en Viena el pasado viernes. Su objetivo es explorar una posible solución política a la guerra en curso en Siria.
En declaraciones a Al Arabiya –con la condición de guardar el anonimato–, funcionarios turcos y dirigentes de la oposición siria declararon que la propuesta rusa podría servir como "punto de partida" para una solución completa, pero exigieron garantías para su aplicación y una aclaración sobre el destino del presidente Assad de cara al futuro.
El plan de Rusia pide detener de inmediato los combates entre las fuerzas del Ejército y del gobierno sirio y los grupos rebeldes apoyados por Occidente, el levantamiento de las zonas controladas por los rebeldes y su entrega al Gobierno y, finalmente, la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales, pero no establece un calendario claro para la aplicación de estas medidas.
Según la fuente, los rusos propusieron una línea de tiempo de entre 15 a 18 meses desde la fecha de la firma del documento.
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La propuesta pide la integración de las milicias progubernamentales y el grupo rebelde apoyado por Occidente al ejército regular en una etapa posterior de su aplicación y con la finalidad de combatir al grupo terrorista ISIS.
Rusia propone que tanto Moscú como Washington se focalicen en combatir al Estado Islámico por medio de ataques aéreos conjuntos. Sin embargo, mientras Rusia es un aliado clave de Damasco y apoya política y militarmente al régimen sirio, Estados Unidos ve a Assad como parte del problema.
La propuesta también incluye un compromiso personal del presidente ruso, Vladimir Putin, de que Assad "no participará en futuras elecciones". Sin embargo, no impide que los miembros de su clan, familiares o actuales funcionarios de su gobierno sí lo hagan.
El plan también reclama para Rusia el mantenimiento y la protección de sus bases militares en Siria bajo el paraguas de una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Estados Unidos aún no se ha pronunciado plenamente, sí lo hizo el canciller saudita, Adel al Jubeir, quien describió las conversaciones del viernes sobre Siria como "positivas", pero señaló que las diferencias existentes tienen que ver con la salida de Assad del poder.
Al Jubeir reiteró el apoyo del reino a una solución política en Siria sobre la base de la reunión de Ginebra de 2012, ella exige "un gobierno de transición y la unidad de Siria sin Assad en el poder". Este punto parece ser condición sine qua non para Arabia Saudita y habrá que ver si Estados Unidos modifica esa postura, que también era su posición inicial al considerar inaceptable la continuidad del presidente Bashar al Assad, a quien considera parte del problema y no de la solución.
Al comentar la reunión, la Coalición Nacional Siria, respaldada por Occidente, manifestó que Assad no puede ser incluido ni considerarse su continuidad pues nunca será parte de solución política alguna en Siria porque es parte responsable del genocidio de su pueblo.
Los participantes acordaron volver a reunirse la próxima semana. Por el lado de Washington, el secretario de Estado, John Kerry, no descartó la participación de Irán, el principal aliado de Assad en la región, para avanzar en un "proceso político significativo", esas fueron las palabras de Kerry a los periodistas en la Casa Blanca.
Los países del Golfo socios de Occidente están discutiendo no sólo la operatividad sino "la sinceridad" del plan de Moscú. "No esperan mucho de Putin", su historial en materia de pacificación, respeto por el derecho internacional y los derechos humanos cuenta con un innegable saldo negativo a partir de sus políticas anexionistas e imperialistas no sólo en Oriente Medio, tambien Europa del Este, según declaró bajo anonimato una fuente del Consejo de Cooperación de los países del Golfo. La misma fuente aseguró que Putin expresa una cosa por un lado y por otro, se comporta como si estuviera en la era de la desaparecida Unión Soviética.