El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) afirmó que "el domingo tres personas fueron atadas a las columnas, (...) que posteriormente (los yihadistas) hicieron explotar".
EI ISIS, que aprovechó la guerra civil para implantarse en Siria, el 21 de mayo tomó Palmira, a 205 km al este de Damasco, después de echar de allí a las fuerzas gubernamentales. Los yihadistas consideran objetos de idolatría las estatuas o frescos que representan a hombres o animales y por esta razón han destruido varias joyas arqueológicas en Irak y Siria.
El 23 de agosto, el ISIS destruyó totalmente con explosivos el templo de Baal Shamin en Palmira derribando la cella (parte cerrada del templo), tras lo cual las columnas contiguas se desplomaron. Unos días después, el ISIS difundía imágenes del templo reducido a escombros.
Poco después los yihadistas del ISIS decapitaron, mutilaron y colgaron de un poste el 18 de agosto al arqueólogo sirio Jaled al Asad, de 82 años, director durante 40 años del sitio arqueológico de Palmira.
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