La carta del parricida de Pilar: "El monstruo ya no vive más, está acá conmigo"

Leandro Acosta le escribió a los medios. Dijo que ama a su hermanastra Karen, que lo ayudó y que su madre muerta "se ríe porque ella miente"

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Leandro Acosta, el principal acusado por el parricidio de Pilar que continúa preso en el Penal Psiquiátrico Melchor Romero, escribió una carta donde asegura que habla con su madre muerta y le pide a su hermanastra, que está libre y asegura que fue obligada por él a participar en el doble crimen, que no mienta. Su abogada pidió que la misiva sea analizada por grafólogos

"Me llamo Leandro, no estoy loco", comenzó Acosta en la carta dedicada "a todo periodismo" y escrita el día de su cumpleaños. El acusado alude en varios pasajes a su hermanastra y pareja, Karen Klein, quien lo culpó por el homicidio, dijo que colaboró tras ser amenazada y la semana pasada fue liberada por falta de mérito. "Ella me ayudó", asegura el parricida.

"Quiero que a ella no le pase nada. Mi mamá se ríe porque ella miente. Karen yo te amo, no mientas. Karen, el monstruo ya no vive más, está acá conmigo", escribió el joven de 25 años en una misiva manuscrita, por momentos confusa y con llamativo desorden en el tamaño de las letras y la horizontalidad de las líneas.

"Ahora estoy en paz, un poco enfermo, aquí me dan remedios que son pastillas y nadie me dice discapacitado de mierda como me trataban en mi casa. Acá nadie me violó", añadió Acosta, en lo que podría ser una prueba del detonante del parricidio.

La abogada defensora del detenido, Mónica Chirivín, habló con el canal de noticias TN y comentó que la carta iba a ser analizada por grafólogos del Melchor Romero. "Cuando podamos definir qué hay detrás de los trazos se podrá saber la verdad", explicó.

"En esta carta está el detonante: él dice 'ya no me dicen más discapacitado'. Esa es la frase con la que lo manejaban y le hacían hacer lo que querían", advirtió. "Debió de haber sufrido maltratos hasta el último momento", añadió.

Chirivín también estimó que el crimen "se pudo haber previsto y se pudo haber evitado", y puso el acento sobre la hermanastra, quien sabía qué iba a suceder y no dijo nada antes ni después del asesinato, en los 11 días que pasaron hasta el hallazgo de los cuerpos. "Esta chica algo estaba haciendo. No pudo haber estado tantos días con el padre muerto en el patio y no hacer nada", concluyó.

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