El ahora primer ministro de Canadá no tuvo un final de campaña tranquilo. Una de sus laderos políticos en el Partido Liberal, Dan Gagnier, quedó envuelto en un escándalo de tráfico de influencias. Severo, Trudeau lo hizo renunciar a la formación.
Aún así, debió salir a defender el honor de su partido cuando todo el escándalo salió a la luz. En una de las últimas conferencias de prensa antes de convertirse en el primer ministro, los reporteros lograron incomodarlo.
Cuando las preguntas se hicieron incisivas, los seguidores del liberal intentaron evitarle la respuesta. Comenzaron a gritar con la intención de tapar la pregunta del periodista. Sin embargo, Trudeau no aprovechó los abucheos; en cambio se enojó. Rápido de reflejos pidió orden. "¡Ey, muchachos, aquí, en este país, respetamos a los periodistas!", dijo visiblemente ofuscado. Su seguidores se callaron en señal de respeto al gesto democrático de su líder, y el liberal finalmente contestó.
"¡Ey, muchachos, aquí, en este país, respetamos a los periodistas!", dijo visiblemente ofuscado cuando sus seguidores quisieron silenciar a la prensa
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El nuevo primer ministro de Canadá no cumple con los cánones "comunes" de la política. Con un cuerpo atlético, un enorme tatuaje de un cuervo en su brazo izquierdo y una vida poco ortodoxa, Justin Trudeau es un excéntrico personaje. Uno de esos a los cuales la formalidad diplomática no está acostumbrada.
Justin Trudeau, de 43 años y maestro de escuela, es el primer hijo de un ex primer ministro canadiense que ocupa el mismo lugar de su progenitor al frente del Gobierno de la nación. Como líder de los liberales Pierre Elliot Trudeau gobernó de 1968 a 1979 y de 1980 a 1984.
Licenciado en Literatura y Educación, en la escuela era conocido por ser un ávido defensor del federalismo que impulsó su padre, quien abogaba por una sociedad bilingüe y equitativa y era contrario al separatismo del Quebec. Varios años después, la provincia francófona fue clave en la victoria electoral que lo consagró.
Para sorpresa de muchos, Trudeau ha liderado el renacimiento del Partido Liberal, que muchos daban por acabado tras perder tres elecciones consecutivas desde 2006 y que en 2011 quedó diezmado con sólo 34 diputados.