El ahora primer ministro de Canadá no tuvo un final de campaña tranquilo. Una de sus laderos políticos en el Partido Liberal, Dan Gagnier, quedó envuelto en un escándalo de tráfico de influencias. Severo, Trudeau lo hizo renunciar a la formación.
Aún así, debió salir a defender el honor de su partido cuando todo el escándalo salió a la luz. En una de las últimas conferencias de prensa antes de convertirse en el primer ministro, los reporteros lograron incomodarlo.
Cuando las preguntas se hicieron incisivas, los seguidores del liberal intentaron evitarle la respuesta. Comenzaron a gritar con la intención de tapar la pregunta del periodista. Sin embargo, Trudeau no aprovechó los abucheos; en cambio se enojó. Rápido de reflejos pidió orden. "¡Ey, muchachos, aquí, en este país, respetamos a los periodistas!", dijo visiblemente ofuscado. Su seguidores se callaron en señal de respeto al gesto democrático de su líder, y el liberal finalmente contestó.
"¡Ey, muchachos, aquí, en este país, respetamos a los periodistas!", dijo visiblemente ofuscado cuando sus seguidores quisieron silenciar a la prensa
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