Al menos 27 personas murieron y 96 resultaron heridas tras estallar una bomba en una mezquita recién inaugurada en Yolam, en el noreste de Nigeria, este viernes, dijo la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA).
"Por el momento hay 27 muertos y 96 heridos", dijo a la AFP Sa'ad Bello, coordinador de NEMA en Yola, capital del estado de Adamawa.
La explosión tuvo lugar a las 14:00, hora local (13:00 hora GMT), en la mezquita de Jambutu Juma, poco después de que el imán concluyera su sermón inaugural.
"Por el momento hay 27 muertos y 96 heridos"
La detonación se produjo horas después de que al menos otras 28 personas murieran en un atentado suicida en una mezquita de Maiduguri, la capital del estado de Borno, poco después de las 5:00, hora local.
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Por el momento no estaba claro si el ataque en Yola también fue un atentado suicida o si fue provocado por un artefacto explosivo oculto en el edificio.
Un voluntario que ayudaba a los servicios de rescate en la mezquita de Jambutu Juma y que pidió mantener el anonimato, comentó: "Esta mezquita acababa prácticamente de ser construida y éste era el primer rezo que se celebraba en ella".
"Cuando los fieles se levantaron tras el sermón del imán, se produjo una enorme explosión", explicó, antes de añadir: "Hubo un momento de confusión y había decenas de fieles yaciendo en el suelo rodeados de sangre".
"Cuando los fieles se levantaron tras el sermón del imán, se produjo una enorme explosión"
Bello dijo que las víctimas fueron trasladadas a dos hospitales de la ciudad: "En el Hospital Estatal de Especialidades (de Adamawa) hay 18 cuerpos sin vida y 50 heridos. En el Centro Médico Federal, hay nueve muertos y 46 heridos", explicó.
"La mayoría de los heridos se encuentran en situación estable (...). En urgencias solo quedan unos pocos", añadió, antes de apuntar: "Entre las heridas había fracturas, quemaduras y fisuras".
Yola se consideraba un lugar relativamente seguro ante la insurgencia de Boko Haram, el grupo extremista que juró lealtad al Estado Islámico (ISIS) y que ha devastado el noreste del país en los últimos seis años.
Decenas de miles de personas habían huido a esta ciudad en el último año, puesto que el grupo islamista, fuertemente armado, arrasó pueblos y aldeas en toda la región.
Pero las alarmas se encendieron cuando un artefacto explosivo estalló en un campamento de desplazados al sur de la ciudad el mes pasado, matando a siete personas e hiriendo a otras 20.
También se han producido numerosos ataques suicidas en el norte del estado, cerca de la frontera con Borno, el más afectado por la violencia.