China hará un uso "razonable" de los recortes a las tasas de interés y las reducciones del ratio de requerimiento de reservas bancarias (RRR), dijo el primer ministro Li Keqiang en declaraciones a una radio estatal.
Las RRR para todos los bancos se redujeron en 50 puntos básicos, con 50 puntos básicos adicionales para algunas instituciones.
La flexibilización monetaria subraya la determinación del Gobierno de cumplir con su meta de 7% de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para 2015.
El inicio del año no trajo buenas noticias para China. La economía se desaceleró a 6,9% en el tercer trimestre frente al mismo período del año anterior. Ha sido el menor avance desde la crisis financiera global.
Analistas consultados por la agencia de noticias Reuters proyectaban que el PIB de la segunda mayor economía del mundo crecería un 6,8 por ciento frente al 7 por ciento que registró en el trimestre anterior.
Li aclaró que el objetivo del Gobierno es moderar el impacto de la baja del crecimiento económico, que en 2014 fue de "sólo" un 7,4 por ciento. Si bien la cifra podría parecer alta, ha sido la más baja desde 1990, cuando la actividad económica china se vio afectada por las manifestaciones de la plaza Tiananmen de Beijing, que tuvieron una sangrienta represión.
En 2013, el Producto Interior Bruto (PIB) de China había crecido 7,7%, según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística (BNS).
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Es inusual que los líderes chinos hagan comentarios directamente sobre las tasas de interés y el RRR, y es probable que las declaraciones refuercen las expectativas de que el país tiene que flexibilizar aún su política monetaria para activar el crecimiento económico.
De hecho, las nubes que ensombrecieron el panorama en 2014 no se han disipado, y los dos principales motores de crecimiento en los últimos años -el sector inmobiliario y las exportaciones- siguen agotándose.
El mercado inmobiliario está desde el año pasado en pleno derrumbe debido a una sobreoferta, y las exportaciones han sufrido la disminución de la actividad económica internacional, en particular en Europa.
Por otra parte, la demanda interna ha seguido sin brillo y el nivel de endeudamiento público y privado, alimentado por una "finanza oscura" no regulada, no ha dejado de ser motivo de inquietud.