Fue un trabajo de años. Y no fue fortuito, ni mágico. a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Paraguay/a dedicó mucho tiempo a intentar insertarse en el contexto financiero internacional contradiciendo la tendencia que vivía la región con la influencia del chavismo. Primero con la decisión del ex presidente Federico Franco y ahora con la política económica de a href="URL_AGRUPADOR_162/horacio-cartes-a465" rel="noopener noreferrer" Horacio Cartes/a, el país latinoamericano logró ser un caso atractivo para los mercados mundiales.
El proceso de Paraguay, sin embargo, no fue fácil ni automático. Requirió varios años hasta que sus finanzas estuvieran ordenadas y prolijas y el gobierno mostrara verdaderos signos de cambio hacia los estándares exigidos por los organismos multilaterales de crédito. Pero además, debía evidenciar transparencia en dos ejes que resultan fundamentales para quienes compran deuda: lavado de dinero y lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
El gobierno de Asunción tenía pésimos récords en estas materias. Desde que en 2008 ingresara en la "lista gris" del Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Lavado de Dinero (GAFI, FATF, por sus siglas en inglés) por un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que su situación se agravó. En ese informe, el organismo reprochaba a Paraguay las "importantes lagunas" respecto a "los riesgos en Lavado de Dinero (LD) y Financiamiento del Terrorismo (FT), tanto en el sector público como en el privado. El país está lejos de alcanzar la mayoría de las recomendaciones de GAFI".
Pero la drástica evaluación no terminaba allí. También ponía el foco en el "cuantioso contrabando existente en las fronteras con la Argentina y Brasil (que) facilita el lavado de dinero en Paraguay". Ese lugar, conocido como la Triple Frontera facilita el "tráfico de estupefacientes, el contrabando y la falsificación de mercaderías". ¿Qué país podría querer invertir en Paraguay dadas la baja calificación y la situación que allí se experimentaba? Más aún cuando el gobierno no mostraba ningún avance en su lucha.
También el Fondo Monetario reprochaba a Paraguay su falta de tenacidad en la lucha contra el terrorismo. En ese sentido, el organismo de crédito hace referencia a las "cantidades de dinero que son enviadas periódicamente a Medio Oriente tanto a través de transferencias cablegráficas y otros medios informales". En numerosas investigaciones periodísticas, Infobae explicó cómo funcionaba la ruta del dinero entre la Triple Frontera (y América Latina en general) y el grupo terrorista Hezbollah, cuyos miembros operan en la región.
Hacia 2008, incluso, Paraguay tampoco contaba con una legislación pertinente que le permitiera sancionar a aquellos que financiaran actividades terroristas. "No tiene disposiciones específicas que permitan congelar fondos de terroristas u otros activos de las personas y entidades jurídicas designadas".
Estos puntos y la falta de esfuerzos dejaron a Paraguay al margen del mundo. Si bien era un país que nunca había experimentado una ingerencia internacional relevante, la apertura que pretendía el nuevo gobierno que continuó al depuesto sacerdote Fernando Lugo requerían un cambio financiero, pero sobre todo cultural en materia económica.
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