Cuando Mauricio Macri se paró en el centro del club deportivo social Presidente Quintana, en Lanús oeste, el calor era insoportable. Y si el techo de chapa había transformado a la colmada cancha de basquet en un hervidero, el discurso anterior de Néstor Grindetti, ministro de Hacienda y candidato a intendente del municipio bonaerense, terminó de agobiar a la multitud. "Nos rompieron las pelotas. La campaña no se puso sucia, se puso roñosa. Vamos a defender la elección con la cabeza, pero también con los cojones. No necesitan escuchar nuestras conversaciones telefónicas, porque les vamos a ganar", bramó el funcionario, que tiró por la borda el libreto zen del PRO. Según el ministro, las presiones del gobierno municipal a la comisión directiva del club Porvenir -donde estaba pautado el acto hasta ayer a última hora- obligaron a mudar el cierre de la campaña bonaerense de Macri.
Frente a más de mil militantes, funcionarios, dirigentes y candidatos, el jefe de Gobierno porteño y candidato presidencial volvió a pedir "por favor" que lo voten, y llamó a los votantes del resto de los cuatro postulantes presidenciales de la oposición a que lo acompañen. "Estamos listos en Cambiemos para llevar la antorcha del cambio. Les queremos pedir que confíen en nosotros. Voy a ser el presidente de los que piensan distinto, el que lucha contra el narcotráfico que compra a políticos y jueces", aseguró Macri en el último tramo de su breve discurso. Antes lo habían precedido, además de Grindetti, el intendente Jorge Macri -jefe de la campaña bonaerense-, el ministro Esteban Bullrich, la senadora y candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti, y la vicejefa y candidata a gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y su postulante a vice, Daniel Salvador, de quien el primo del jefe de Gobierno reconoció su escaso conocimiento. "Para los que no lo conocen", lo presentó, y enumeró sus pergaminos como dirigente radical.
"El domingo es Aníbal Fernández o nosotros", enfatizó Vidal, cuya figura fue resaltada luego por el líder del PRO. Tanto ella, como el intendente de Vicente López como el propio Macri se encargaron de fustigar al jefe de Gabinete K, uno de los ejes de la campaña bonaerense.
"Enfrente, la alternativa es Aníbal, y Aníbal, ¿qué les voy a decir a esta altura? Aníbal es Aníbal. No les podemos confiar el futuro de nuestros hijos a Aníbal", aseguró el candidato presidencial, que se encendió sobre el final de su alocución. "Basta de (Hugo) Curto, por Dios", gritó en referencia al intendente ultra K de Tres de Febrero. En primera fila lo escuchaban los aspirantes a intendentes de Esteban Echeverría (Evert Van Tooren), Quilmes (Martiniano Molina), Almirante Brown (Carlos Regazzoni), Tres de Febrero (Diego Valenzuela), Pilar (Nicolás Ducoté), Avellaneda (Gladys González) y Lomas de Zamora (Gabriel Mercuri).
"Aníbal no tiene que ser gobernador de esta provincia. No hay balottage y es nuestra boleta o gana él. No nos van a robar ni un voto", disparó el primo Macri, que habló dos veces para darle tiempo al jefe de Gobierno a llegar al lugar. Arriba de la cancha de basquet, un grupo de socios practicaba boxeo.
Macri aprovechó el cierre bonaerense para hacer hincapié en sus últimas estrategias de campaña. Machacar sobre los hombros del jefe de Gabinete de Cristina Kirchner en lo bonaerense y apelar al voto de indecisos y opositores para entrar a la segunda vuelta. En los camarines, los asesores del PRO se mostraban auspiciosos con los últimos sondeos. "De acá al domingo tenemos que salir a buscar a esos argentinos que le tienen miedo al cambio", dijo Bullrich en medio del improvisado escenario. Lo rodeaban los diputados Patricia Bullrich y Federico Pinedo; el secretario Marcos Peña; el ministro Guillermo Montenegro; el subsecretario Guillermo Dietrich; el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; Cristian Ritondo; el sindicalista Gerónimo "Momo" Venegas; Fulvio Pompeo y Hernán Lacunza.
Hoy, cerca de las 20, Macri cerrará su campaña nacional en Córdoba, en el microestadio Orfeo: hablará antes unos 10 mil militantes.
Antes, a las 17, el candidato presidencial convocó a saturar las redes sociales, en el "cierre digital" de la campaña presidencial. Similar a las PASO: el equipo de comunicación aspira a transformar en trending topic mundial un hashtag relacionado con el voto al líder del PRO. Se ufanan con que Macri es el candidato más popular en Facebook, con 2,3 millones de fans.