Las fuerzas aéreas rusas continúan sus intensas ofensivas en Siria. Aunque el gobierno de Vladimir Putin niegue que los ataques vayan dirigidos a los rebeldes moderados, cada vez son más las denuncias de muertes civiles. Este martes, 13 personas murieron luego de intensos bombardeos contra un hospital de campaña en el noroeste del país.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, informó este miércoles que los ataques fueron perpetrados en la ciudad de Sarmin, en la provincia de Idleb.
Una persona que forma parte del personal de la clínica indicó que los bombardeos dejaron serios daños en las instalaciones.
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