. En segundo lugar quedó el Partido Conservador del primer ministro saliente,
, con el 32,1% de los votos y 102 escaños.
En tercer lugar se situó el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) con un 19,2% y 42 diputados.
Harper reconoció su derrota poco antes de la medianoche en un discurso que pronunció desde la ciudad de Calgary y en el que felicitó a Trudeau por una amplia victoria que nadie había previsto.
El Partido Conservador obtuvo 166 diputados y el 39,6 % de los votos en las elecciones de 2011.
Tras el discurso de Harper, el próximo primer ministro canadiense, Justin Trudeau, compareció ante centenares de seguidores en un hotel de Montreal y afirmó que los ciudadanos han decidido que "es el momento para el cambio, el cambio real" y se comprometió a gobernar para todos los canadienses.
Para sorpresa de muchos, Trudeau ha liderado el renacimiento del Partido Liberal, que muchos daban por acabado tras perder tres elecciones consecutivas desde 2006 y que en 2011 quedó diezmado con sólo 34 diputados.
En las elecciones de ayer, Trudeau ha conseguido aumentar en 150 diputados la bancada de los liberales y asegurar la mayoría absoluta.
La clave de la victoria liberal ha sido el resultado en Quebec, donde el NPD ha perdido 50 escaños de los que 47 han ido a parar al Partido Liberal, lo que hace que la provincia francófona vuelva a ser imprescindible para la gobernabilidad del país.
Así lo reconoció Trudeau en su discurso al señalar que "Quebec está volviendo al Gobierno de Canadá".
Trudeau, hijo del histórico primer ministro canadiense Pierre Trudeau, afirmó en francés e inglés, los dos idiomas oficiales de Canadá, que "los conservadores no son nuestros enemigos, son nuestros vecinos".
El líder liberal, de 43 años de edad, casado y con tres hijos, quiso marcar diferencias con el estilo de Harper, que ha sido criticado incluso dentro del Partido Conservador por las políticas de división que ha inculcado en la sociedad canadiense en los últimos años.
Trudeau afirmó que "liderazgo es unir personas de todas las visiones" y recalcó que Canadá ha sido construida con migrantes procedentes de todos los rincones del mundo, que profesan diferentes creencias religiosas y que hablan multitud de lenguas.
También se refirió a la polémica del niqab, el velo islámico, que ha dominado gran parte de la campaña electoral después de que Harper anunciase prohibir su uso en las ceremonias de juramento de la ciudadanía y planteó incluso su prohibición a funcionarios públicos.
Tras los anuncios de Harper, el Partido Conservador ganó apoyo en la provincia de Quebec. Pero también se multiplicaron los ataques contra mujeres musulmanas en todo el país ante el silencio de Harper.
Trudeau afirmó que los canadienses quieren un primer ministro "que no divide a los canadienses sino que aprovecha cada oportunidad para unirles".
El primer ministro electo terminó haciendo referencia a un encuentro que tuvo durante la campaña electoral con una mujer musulmana que afirmó que votaría por él para garantizar que su hija "puede tomar sus propias decisiones y que el Gobierno protegerá sus derechos".
Además de Harper, el otro gran perdedor de la noche fue el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) y su líder, Thomas Mulcair.
Trudeau recordó que Canadá fue construida con migrantes procedentes de todos los rincones del mundo
Los socialdemócratas fueron el segundo partido más votado en las pasadas elecciones de 2011, en las que obtuvieron 103 escaños y el 30,6 % de los votos.
Al inicio de la campaña electoral, Mulcair era el candidato favorito en muchas encuestas para ganar las elecciones pero ha sido incapaz de mantener el impulso y aprovechar el deseo de cambio del electorado canadiense.
En su discurso de concesión en Montreal, Mulcair dijo que aceptaba "con total humildad" la decisión de las urnas y calificó de "excepcional" la victoria de Trudeau.