Una cámara oculta logró capturar imágenes explícitas del maltrato que sufren diversos animales al momento de ser ejecutados en un matadero para luego ser comercializados masivamente. El video muestra la "crueldad" con la que los trabajadores manipulan a los animales, en su mayoría, vacas, caballos, cerdos y corderos. Como consecuencia del escándalo, la alcaldía de Alès, Francia, decidió clausurar el lugar.
La cámara fue colocada en el lugar por la ONG L214 que se dedica a la protección de animales. Lo que revelaron las imágenes constituyó parte de una denuncia judicial que derivó en el cierre del establecimiento que se encuentra en esa ciudad sureña de Francia. El informe realizado por los miembros de L214 se llamó "La crueldad de un matadero, expuesta".
Uno de los responsables de la ONG reveló que fue uno de los trabajadores del matadero quien se presentó ante ellos y que colaboró para la instalación de las cámaras. "Un hombre que tenía acceso al matadero nos contactó, ya que sabía que a nosotros nos interesaba el asunto. Grabamos cincuenta horas de imágenes durante diez días", indicó Sébastien Arsac.
"Son actos de crueldad", declaró el veterinario Gilbert Mouthon ante las autoridades, antes de que se dispusiera el cierre del lugar.
El video muestra escenas dramáticas que indignaron tanto a los jueces que determinaron la clausura como a la población de esa región francesa. En ellas puede verse cómo los cerdos son llevados a cámaras de gas y mueren. Son trasladados a un tanque de dióxido de carbono donde entran en pánico, experimentan violentas convulsiones y perecen. A los caballos, por ejemplo, se los golpea en el cráneo pero dejándolos "despiertos". De esta forma, algunos ingresan en el proceso de purga aún vivos, lo que hace más violenta su muerte.
Las cámaras ocultas delatan que los animales que allí llegan pueden pasar varios minutos de agonía ante la indiferencia de los trabajadores y sin presencia alguna de veterinarios que pudieran ayudar a poner fin a esos dramáticos momentos. El video muestra cómo a las vacas también se las cuelga de una de sus extremidades inferiores, les cortan el cuello y las dejan desangrar. La agonía es interminable y por idéntica situación pasan los corderos.
Pero no sólo los animales son víctimas del Matadero de Alès. También los consumidores están en riesgo por la manera en que son ejecutados y las pésimas condiciones higiénicas en que lo hacen. "Por un lado, hay innegables actos de crueldad que ameritan una causa penal, y por otro lado, hay violaciones de salud y seguridad que ponen a los consumidores en riesgo", manifestó Mouthon a Vice. Muchos de esos animales, según el experto, no están limpios y en muchos casos estaban impregnados con su propio excremento.
Según la ley francesa, el matadero estaba en infracción. Es que el sangrado debe ser realizado inmediatamente después de que el animal sea aturdido y antes de que recobre su "conocimiento". Las cincuenta horas de grabación muestran a las claras que esto no ocurre. La clausura del establecimiento fue informada por el mayor de la ciudad, Max Roustan. Según explicó el administrador de Alès la medida fue tomada por "precaución" y señaló que ordenó "una investigación administrativa para determinar infracciones a las regulaciones estandarizadas para la matanza de animales".
El principal cliente del matadero también anunció que dejará de comprar su mercadería y que buscará otro proveedor. Se trata de Alès Viande que compraba el 60 por ciento de lo producido por el establecimiento cuyo procesamiento tenía como destino comidas elaboradas para alumnos de primaria y secundaria, hospitales y supermercados.