Es casi un lugar común que las embarazadas o las familias con niños chiquitos escuchan una y otra vez: "No tengas mascotas, porque generan alergias". Sin embargo, un nuevo estudio determinó que tener un animal en la casa no signifca que sea transmisor de algún agente nocivo para la salud.
Investigadores de la Universidad de Turku, en Finlandia, comenzaron el estudio seleccionando 51 mujeres embarazadas con antecedentes de alergias. Otro punto importante fue que tuviesen alguna mascota peluda, como perros, gatos o conejos.
De esta manera, se buscó asegurar que los bebés tuvieran antecedentes familiares y a la vez un animal en su entorno, que según lo que se creía debería aumentar las posibilidades de que el chico también desarrollase algún tipo de alergia.
Los científicos analizaron y compararon la materia fecal de estos bebés durante el primer mes de vida, contra la de otros 64 chicos en hogares sin mascotas: el estudio -publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology- reveló que los niños que conviven con animales tenían más del doble de posibilidades de llevar una bacteria animal en los intestinos, en especial B. thermophilum y B. pseudolongum.
"Hasta hace un tiempo se creía que la exposición a las mascotas durante la primera infancia era un riesgo para desarrollar algún tipo de alergia", explicó Merja Nermes, uno de los investigadores principales y director del departamento de pediatría de la Universidad de Turku.
"En años anteriores se han realizado varios estudios con resultados contradictorios, mientras algunos sugerían que ese tipo de contacto de primera mano protegía a los chicos contra las alergias, otros decían lo contrario", agregó.
A los seis meses de vida, se les realizó nuevos estudios de piel para buscar alguna de las alergias más comunes, como a la leche de vaca, el huevo, harinas, soja, grasas, papas, banana y también al pelo de gatos y perros, entre otras.
Sin embargo, que los bebés portasen bacterias animales no significó que fuese perjudicial para la salud. Durante el proceso, todos los chicos fueron testeados con varios alérgenos y solo 19 presentaron alguna reacción en el organismo. Contra lo esperado, ninguno de los bebés que tuvieron problemas fueron los que conviven con mascotas. De hecho, los que sí tuvieron reacciones no tenían la bacteria animal B. thermophilum.
"Si la familia donde hay una embarazada o un niño quiere tener una mascota, deberían animarse a hacerlo, porque el desarrollo de enfermedades alérgicas no se previenen evitando a las mascotas", finalizó Nermes.