Benjamin Carson ya es la segunda sorpresa de las primarias republicanas rumbo a las presidenciales de 2016 (El magnate de los bienes raíces Donald Trump fue la primera). Hoy, Según una encuesta encargada por NBC News y Wall Street Journal, el neurocirujano está segundo con un 22% de intención de voto. Trump, el primero, solo ostenta 3 puntos más (un 25% de favoritismo). Es el único negro en carrera y, al igual que Trump, nunca se había presentado ante los electores.
El renombrado neurocirujano jubilado asegura que la fe le permitió a un adolescente a la deriva como él evadirse de la miseria y encontrar fuerzas para realizar su sueño: ser médico.
Su historia personal es una expresión ideal del sueño americano. Creció en barrios desfavorecidos de Detroit y Boston, educado por una madre analfabeta, casada a los 13 años y que expulsó a su esposo bígamo de su casa.
El joven Ben era un mal alumno, incontrolable y con un carácter difícil. El cambio se produjo, según él mismo cuenta, cuando su madre lo obligó a leer dos libros a la semana junto a su hermano.
Las notas mejoraron y Ben Carson se convirtió en un alumno modelo. Fue aceptado como becario en la Universidad de Yale, antes de estudiar Medicina en la Universidad de Michigan y de unirse al gran hospital Johns Hopkins de Baltimore, donde empezó a dirigir rápidamente el servicio de neurocirugía pediátrica. Era, entonces, uno de los ocho neurocirujanos negros del mundo, contó en un libro en 2007.
Una operación lo hizo saltar a la fama en 1987, cuando separó, asistido por un equipo médico de 70 personas, a dos hermanos siameses alemanes de siete meses unidos por la cabeza. La intervención duró 22 horas y, con la supervivencia de los dos niños, se convirtió en una primicia mundial.
George W. Bush le entregó en 2008 la mayor recompensa civil que otorga Estados Unidos, la Presidential Medal of Freedom.
Su carrera médica fue llevada al cine en 2009 con "Gifted Hands: The Ben Carson Story", en la que fue personificado por Cuba Gooding Jr.
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Ben Carson ya había escrito cuatro libros, de orden espiritual o de motivación personal, cuando se jubiló en 2013 para lanzarse al ruedo conservador.
Se convirtió en un orador buscado. Cuando está en escena muestra una sonrisa fina con un discurso suave, puntualizado con anécdotas, bromas y pasajes de la Biblia.
Siempre promueve la compasión y recuerda la responsabilidad individual -un valor que lo lleva a criticar el Estado del bienestar que, a su parecer, impulsa a la gente hacia la pobreza. "Si mantenemos continuamente a la gente en una posición de dependencia, van a olvidar lo que son las ganas de triunfar", dijo en 2013 en una conferencia de conservadores en Washington.
Pese a sus maneras eclesiásticas, Carson cultiva lo "políticamente incorrecto" y escandaliza mucho a la izquierda con declaraciones consideradas radicales, especialmente sobre la homosexualidad.
En ese mismo discurso de 2013, Carson dijo querer "reeducar a las mujeres" sobre el aborto y pronunció una frase acerca del sistema de salud del presidente Barack Obama que aún se le reprocha: "Pienso que el Obamacare es realmente la peor cosa que ha pasado en este país desde la esclavitud. Y es, de alguna manera, esclavitud, porque nos esclaviza a todos al Estado".
Su reciente explosión en los sondeos en la interna republicana viene de su éxito en la base evangélica, donde aventaja a Donald Trump.