Ex jugadores de Estudiantes recordaron la Intercontinental que obtuvieron en Manchester

A 47 años del título, Carlos Bilardo y Oscar Malbernat hablaron con Infobae de la hazaña internacional. Anécdotas, detalles y vivencias de un partido que se jugó bajo el clima hostil de los ingleses

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El gol de Marcos Conigliaro a los 28 minutos del primer tiempo encausó la gesta. En la cancha de Boca, Estudiantes se impuso por la mínima diferencia y sacó la ventaja que le permitió ser campeón en territorio ajeno.

Antes de partir rumbo a Gran Bretaña, Oscar Malbernat había manifestado su preocupación por el clima hostil que se había generado en Inglaterra. "Sabemos que las críticas influyen en la gente y seguro que la reacción del público será mala, pero en la cancha uno se olvida de todo lo que hay alrededor", fueron las palabras de Cacho. En tanto, para Osvaldo Zubeldía se trataría de un partido de "once contra once" y su intranquilidad se basaba en "la actuación del árbitro" y de lo que pueda suceder arriba del avión.

A 47 años del título, Carlos Bilardo y Oscar Malbernat hablaron con Infobae de la hazaña internacional. Anécdotas, detalles y vivencias de un partido que se jugó bajo el clima hostil de los ingleses

"Cuando jugamos acá nadie le dio pelota a Zubeldía. No nos dieron días de descanso, nos hicieron jugar por el torneo local y a los cuatro días tuvimos que jugar en la cancha de Boca. Cuando viajamos para la revancha el favorito era el Manchester", recuerda Carlos Salvador Bilardo en diálogo con Infobae.

"Ellos tenían 6 jugadores de selección, que habían sido campeones en el Mundial del 66. Tenían una barra grande y ese equipo andaba como un tiro. Le habían ganado al Benfica de Eusebio 4 a 0, pero nosotros teníamos bastante confianza", continúa el Doctor antes de entrar a su programa de radio. "Con el 1 a 0 de la ida los ingleses se fueron festejando, porque creían que con sus jugadores de selección nos iban a meter cinco goles", agrega Malbernat.

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Los tantos de Juan Ramón Verón y Willie Morgan sellaron el 1 a 1 definitivo en Old Trafford y llevaron al "Pincha" a la consagración. "Cuando terminó el partido no pudimos dar la vuelta olímpica porque la gente nos tiraban monedas para lastimarnos. Fue un campo muy hostil, aunque no hubo invasión. Ellos nos consideraban animales", confiesa el ex defensor con orgullo y nostalgia.

"Fue un campeonato del mundo con Estudiantes. La pucha... si usted me dice Boca, River, Racing, San Lorenzo... pero que ¿un equipo chico lo consiga? No hay muchos. Se llegó y fue merecido. Cuando íbamos a jugar a Uruguay o Brasil nos preguntábamos ¿podíamos o no podíamos? Y demostramos que podíamos. Ganamos acá y fuimos campeones allá en un clima difícil", agrega Bilardo.

 Télam 162
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Las anécdotas continúan y la memoria de los protagonistas hace revivir el momento. "En el vestuario festejamos y después nos fuimos a un restaurant que estaba adentro del estadio, muy parecido al que está en el anillo del Monumental. Estábamos con la ropa deportiva del club y adentro estaban Bobby Charlton, George Best y todos los jugadores del Manchester con sus mujeres, que en esa época usaban tapados de piel. No nos dejaron entrar, los veíamos de afuera, parecía que ellos habían sido los campeones", confiesa Cacho.

Para muchos, el duelo estaba catalogado como el de Piratas contra Animales. La prensa británica criticaba al juego de los argentinos, y los criollos no disimulaban su orgullo patriota. "Como nos trataron tan mal, cuando subimos al micro se nos ocurrió cantar el himno nacional. Los 15 kilómetros que separaban al estadio de la concentración los hicimos cantando. Pero como no teníamos teléfono, nos sentíamos aislados. Cuando llegamos nos pusimos a ver las Olimpiadas en un televisor color... nos quedamos hasta las tres de la mañana hablando, pero no hubo un gran festejo". Sintetiza Malbernat.

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"Fue el momento en que empezaron a cambiar la forma de pensar. En el fútbol inglés había pelea todos los domingos y poco a poco lo resolvieron. Yo veía en los trenes cómo se pegaban y me asustaba. Veía gente arriba de la locomotora, arriba de los vagones... ahora son todos unos señoritos", continúa el Narigón.

Naturalmente, la mayor satisfacción fue aterrizar al país con la Copa Intercontinental. "En Argentina fue una locura. Los hinchas nos recibieron como si hubiese sido la Selección. Toda la gente salió a la ruta para saludarnos. De Ezeiza a La Plata tardamos como seis horas", cuenta Cacho, quien brinda más detalles del gen de aquel equipo en referencia al mito de los alfileres en las medias de Bilardo: "No sé si lo habrá hecho alguna vez, a mí nunca me dijo nada. Si lo hizo, capaz que fue cuando jugaba en Deportivo Español, me acuerdo que una vuelta les pateó el gallito a los de Deportivo Morón".

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Algunos lo llaman antifútbol, otros picardía, pero lo cierto es que los resultados justifican los medios de un conjunto que pasó a la historia. Como cuenta Malbernat antes de despedirse, la viveza puede generar grandes satisfacciones. Su última anécdota lo resume a la perfección: "Hubo un partido por la Copa Otero en Pontevedra que no me lo olvido más. Jugamos los 90 minutos y empatamos, fuimos al alargue y seguimos 0 a 0. El árbitro resolvió que la definición sea tirando la moneda, entonces se me acerca Bilardo y me dice: Cacho, caiga como caiga nos tiramos todos al piso y festejamos el título. Nunca supimos si fue cara o ceca, pero la Copa hoy está en Estudiantes".

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