Qué cambios produce en el cuerpo beber una copa de vino a diario durante dos años

Un estudio de la Universidad de Ben-Gurion en Israel siguió a 224 personas para evaluar los beneficios de esta bebida en relación al colesterol, el ritmo cardíaco y el sueño. Las conclusiones

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Una copa de vino al final del día podría ayudar a mejorar la salud. Expertos de la Universidad de Ben-Gurion en Negev, Israel confirmaron que el vino tinto mejora el colesterol y tanto el tinto como el blanco ayudan al control del azúcar en sangre en las personas que metabolizan el alcohol con lentitud.

Si bien no se trata de la primera investigación sobre los grandes beneficios del vino, es controversial la recomendación que hacen los expertos a personas con diabetes tipo 2. "Este es el primer ensayo clínico sobre una intervención con alcohol a largo plazo y a gran escala que se ha llevado a cabo, en particular con diabéticos, en donde se observaron los beneficios del vino según su tipo", aseguró la autora líder del estudio, Iris Shai, investigadora de la Universidad de Ben-Gurion en Negev.

Shai y sus colegas eligieron a 224 personas con diabetes tipo 2 entre 40 y 75 años de edad, que no bebían vino en la actualidad. Se les pidió que elijan en la cena entre una copa de vino tinto, blanco o agua mineral. También, bajo la dirección de los dietistas, siguieron una dieta mediterránea sin restricciones en las calorías durante dos años. Así, los investigadores midieron los niveles de colesterol y azúcar en sangre, y otros indicadores de la salud cardíaca y el control de la diabetes. Esas medidas se tomaron al inicio del estudio, a los seis meses y una vez más al final.

El estudio, que fue publicado en la revista Annals of Internal Medicine, arrojó que los bebedores de vino tinto habían aumentado significativamente sus niveles de colesterol bueno HDL y tuvieron una proporción de colesterol más beneficioso en comparación con el grupo que bebió agua. También experimentaron una caída significativa en los componentes del síndrome metabólico.

A su vez, aquellos que tomaron vino tinto o blanco también reportaron una mejor calidad del sueño que el grupo que bebió el agua, y no se encontraron efectos adversos.

"El vino ayudó a reducir el riesgo cardíaco", dijo Shai, y el tinto resultó mejor que el blanco. "Tanto el vino tinto como el blanco pueden mejorar el control de la glucosa -el azúcar en sangre-, pero no en todo el mundo", comentó la experta. Los niveles de azúcar en sangre mejoraron solo entre las personas que metabolizaban el alcohol lentamente. Este beneficio no se encontró entre los que procesaban el alcohol con rapidez, según se evaluó mediante pruebas genéticas.

Una copa, no más

"Si vas a tomar vino tinto, este estudio es un buen recordatorio para hacerlo de la manera antigua: beber con una comida mediterránea alta en verduras y pescado y menor en la carne, con la fruta para el postre y el uso de aceite de oliva. Hacerlo en un entorno social, relajado, también va un largo camino para mejorar la salud y la felicidad", dijo el doctor James O'Keefe, director de cardiología preventiva del Instituto del Corazón de Mid America de San Lucas en Kansas City.

Y aclaró: "Tomar todos los días puede ser una pendiente resbaladiza que mucha gente no puede navegar de forma segura. Si empiezan a beber a diario y beben una botella o dos al día, eso será un desastre".

La medida para las mujeres es de una copa como máximo al día, y dos para los hombres.


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