Un nuevo libro de Juan Bautista "Tata" Yofre, Puerta de Hierro, revela aspectos desconocidos y polémicos de los años de exilio de Juan Domingo Perón. Por ejemplo, que por realizar el llamado Pacto de Caracas, por el cual el líder justicialista se comprometió a mandar a votar a sus seguidores por la candidatura presidencial de Arturo Frondizi, recibió 500.000 dólares, tal como consta en documentación que estaba en el sótano de la casa donde vivió en Madrid. El periodista y escritor, férreamente controlado por los servicios de inteligencia durante los años kirchneristas, aprovechó estos años para producir una bibliografía siempre atractiva y muy exitosa en términos editoriales.
— Llega en enero de 1960, primero va a pasar por Asunción, luego a Panamá, después a Caracas y República Dominicana, y en enero de 1960 consigue el permiso para vivir en Madrid.
— Sí, hay que aceptarlo. Hay que pararse en la época, donde había muchos dictadores, Stroessner, Batista, Trujillo, Pérez Jiménez, que después fue ponderado por Chávez, había un montón de dictadores. Y Perón se nutrió de eso, pero no fue a vivir a Nicaragua, y pasó de largo por Asunción del Paraguay, en este caso, porque Stroessner le pide que se vaya, porque Argentina estaba presionando mucho, y no iba a mandar embajador hasta que no se fuera Perón, y el que finalmente va es mi padre, por eso hablo de él en "Puerta de Hierro".
— Cuando él se va, él le pide a Atilio Renzi, que era el intendente del Palacio Presidencial que le haga una valijita y que le ponga algunas cosas. En plata, le puso lo que tenía, Perón tenía 70 mil dólares, que era el fruto de la venta de una casa que Alberto Dodero le había regalado en Montevideo, que se vendió a Chile. Con eso más otros pesos, Perón logra juntar una masa de dinero que va a entregar a Gayol en Asunción del Paraguay, y él es que le va a aportar por trimestre, adelantado, 1500 dólares. Es decir, recibía 500 dólares por mes. No me consta que haya recibido otro dinero en su etapa panameña y venezolana. No consta en ningún documento. Algunos dicen que Perón recibió algún dinero de Jorge Antonio, pero no consta. Más bien, yo creo que él no se portó demasiado bien con Perón.
— Bueno, distintas personas que me abrieron sus archivos y que me tenían confianza me los dieron. Solo me comprometí a tratar con respeto a Perón, porque vengo de un hogar no peronista, más bien es un hogar que sufrió mucho el peronismo, como está ahí contado. Pero yo trato con respeto a Perón, y como tengo antecedentes de otros libros, se me abrieron algunos archivos realmente muy importantes.
— Bueno, me parece que te estás refiriendo al Pacto de Caracas. Perón, efectivamente, hizo dos arqueos de lo recibido por el acuerdo que hizo con Frigerio o Frondizi, que están ahí. Porque me dio mucha bronca ver eso, porque los historiadores hasta ahora, nos dijeron o tomaron palabras de Jorge Antonio, que dijo que Perón había recibido entre 85 mil dólares, y acá surge que recibió medio millón de dólares. Esto es lo que surge de los papeles. Porque los testimonios se acomodan al momento o desconocen la información.
— No, no lo sabía, por qué iba a saberlo.
— ¿Vos le contás a tus amigas todos sus secretos? Yo no, Perón se sintió maltratado muchas veces por Jorge Antonio, y aquí está. Me encontré muchas veces con gente que me cuenta cosas que no reflejan lo que dicen los papeles que encuentro en los archivos. A veces es simplemente porque los recuerdos cambiados en relación a lo que de verdad pasó.
— Por supuesto, como buen político era un gran mentiroso. Y todos esos papeles estaba adentro del "cuarto de los cocodrilos", que era un sótano en Puerta de Hierro, donde Perón tenía libros que no frecuentaba, tenía la documentación de su correspondencia, fichas, grabaciones, y una mesa de carpintero, porque a él le gustaba trabajar en la carpintería. Él le decía así, porque dice que lo único que faltaban eran cocodrilos. Ese material fue asaltado con el proceso militar, devastado, y algunas cosas se salvaron, las salvó Mario Rotundo. Todo el mundo se pregunta dónde está todo esto. Y está en Carlos Pellegrini y Santa Fe, lo tiene Mario Rotundo, que tiene muchísimas cosas de Perón. Después, me aparecieron gran cantidad de nuevos archivos, tengo también la correspondencia de Jorge Paladino, del mayor Vicente, de Gayol, que fue su primer administrador, de Luis González Bunster. En este caso, habló con su hijo, y me abrió su archivo, que vive en Nueva York. Hay que saber, hay que buscar, yo trabajo solo. Confío poco en los testimonios, los grabo, ellos saben que yo grabo, pero voy a la documentación fidedigna, trabajando solo. En estos años donde hice un contrarrelato, he trabajado como si fuera en el proceso militar. No hablo desde el teléfono de mi casa, sino desde un teléfono público, me encuentro con la gente reservadamente, no tanto por mí como por los que se me acercan. A mí me pasó que una persona que trabaja en el gobierno y me llamó por teléfono porque quería le firmara uno de mis libros, una persona de la SIDE me siguió y a la tarde lo echaron de su trabajo, así que a partir de ahí me puse a trabajar en absoluta reserva.
— También fue por necesidad, no podía entrar en ningún medio, en ningún lado me tomaban por mi paso por la SIDE, entonces tenía que trabajar de algo, y a partir del 2006 empiezo con esta producción, que en parte se la debo a Carolina, mi mujer, le debo mucho a ella.
— Yo creo que él pensaba volver a Madrid, no se sentía bien en Buenos Aires, lo angustiaba la humedad, la presión, él no quería morir, pero vino a morir. Y hay que tomarlo así al libro. Porque tengo una ponderación sobre Perón, pero también tengo algunas críticas. Es el libro de un tipo al que echan, porque su período final fue terrible, muy autoritario, arranco así, y trata desde el exterior, sabiendo que es el político más importante de la Argentina y su movimiento más numeroso, siempre pensó en volver al poder. Surfeó sobre la política argentina, trabajó para su poder, e hizo todo lo que debía hacer para retornar al poder, incluso cosas que en su intimidad no quería, como la alianza con los Montoneros, porque Perón decía que había que usar la mano izquierda en la política, pero no ser zurdo. Y ahí está, en mi libro, las claves secretas entre Perón y Montoneros, el télex, la lista tan buscada por mucha gente de funcionarios que Montoneros le ofrece para el gobierno de Cámpora, también el asesoramiento de Perón para los azules sobre el gobierno de Illia, el Perón que recibe el cadáver de Evita, un féretro que fue abierto en un abrelatas, y Paladino se lastimó en la mano. Ahí está la filmación que López Rega hace del cadáver de Evita apenas llegado a Puerta de Hierro, pasado en exclusiva por Infobae.
— Perón estaba profundamente enojado con Cámpora, porque era muy sensible a los sectores radicalizados, y eso a Perón no le gustaba de ningún modo.
— El problema de Frondizi es que no se dio cuenta que era un presidente de transición, porque tenía que convivir con una serie de generales que no estaban de acuerdo con él, lo plantea el almirante Rojas en sus memorias, y necesitó de otros apoyos que no tomó. Puerta de Hierro está escrito por alguien que no viene del peronismo. Cuando cae el gobierno de Perón yo tenía 8 o 9 años, y siempre imaginé que después de Perón gobernaría algo mucho mejor que el peronismo, pero la Revolución Libertadora que llegó no resolvió nada de lo que se proponía. Frondizi llegó hasta donde llegó, con Illia después siguió la prohibición de mencionar a Perón, después vino Onganía, él los aconsejó y los asesoró, pero qué podía pensar Perón si le ponen a Krieguer Vasena de ministro de Economía, y Onganía quería quedarse 20 años, entonces hace lo posible por voltearlo. Levingston le va a mandar un emisario, y quiere quedarse más tiempo y crear un partido político para él, y graban la reunión con la respuesta, y López Rega no la entrega porque dice que salió mal la grabación, y se va el emisario sin la respuesta. Pero qué hace Perón, se la da a Lanusse, y Levingston se cae inmediatamente. Después vino Lanusse, que quería un gran acuerdo nacional con él. Después vino un hecho que lo colocó a Perón en la meca, es cuando vienen el Cordobazo y las formaciones especiales, que le muerden los tobillos a los militares, por eso cambian de Paladino a Cámpora. Lo que vino después de Perón ha sido una cadena de fracasos.
— Perón tenía administradores, Gayol es el primero, el más importante va a ser González Torrado, está la foto en mi libro. Hay llegado a decir que era un agente de la CIA, y cuando leés los documentos, te das cuenta que no puede ser, vivía en Nueva York, y fue el que gestionó el ingreso de Perón a la embajada dominicana cuando el conflicto en Caracas tras la caída de Pérez Jiménez.
— Fueron años difíciles, pero fueron fructíferos, así que estoy satisfecho.