En un recordado discurso pronunciado en mayo de 2013, Cristina Kirchner salió al cruce de las versiones sobre un posible salto del tipo de cambio cuando aseguró que "los que quieren ganar plata a costa de la devaluación y del pueblo, van a tener que esperar a otro gobierno". La Presidente explicó entonces que uno de los pilares del modelo económico es "cuidar el valor de la moneda" porque una fuerte depreciación del peso argentino "sería pagado por el pueblo".
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial los debates económicos en la Argentina repiten periódicamente los mismos interrogantes, en particular cuando se avecina un cambio de Gobierno. El nivel del tipo de cambio, que en los comentarios de la calle se traduce en cuánto cuesta el dólar, es uno de ellos. Y será uno de los ejes de la política económica en el arranque de la próxima administración, sea quien sea el candidato ganador.
En términos objetivos, la Presidente implementó una fuerte devaluación del peso que se mantuvo en forma permanente en sus ocho años de mandato y, paradójicamente, se profundizó con las restricciones cambiarias a partir de octubre de 2011.
El dólar oficial en la Argentina subió un 200,5% desde los $3,15 del 9 de diciembre de 2007, en la víspera de la asunción de la actual Jefa de Estado, hasta los actuales $9,465 en el mercado mayorista, valor de referencia de las operaciones de comercio exterior que concentra el volumen del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Este salto del dólar formal equivale a una devaluación del peso argentino del 66,2% en el período, desde los 31,75 centavos de dólar de diciembre de 2007 a los 10,57 centavos de hoy. Es decir que el peso perdió dos tercios de su valor en ocho años, si se lo compara con la moneda norteamericana.
Claro que las decisiones conjuntas del Ministerio de Economía, el Banco Central y la AFIP en el segundo mandato de Cristina Kirchner llevaron a una atomización de las cotizaciones del dólar que dificultan el análisis y hacen difusas las referencias para fijar un precio del billete verde. Desde el "cepo" cambiario del 31 de octubre de 2011, que paralizó el mercado minorista por más de dos años hasta su flexibilización el 27 de enero de 2014, el dólar trepó un 402,5% en su precio "blue", ahora en 15,83 pesos. Por eso, el dólar en su cotización libre, fuera de los férreos controles oficiales, multiplicó por cinco su valor en cuatro años.
En 8 años, el dólar oficial subió 200%; el "liqui", 326%, y el "blue", 402%
Si se toma el "contado con liquidación", la cotización que resulta de dividir los precios en pesos de las acciones en la Bolsa porteña por su valor en dólares en Wall Street, el avance del dólar en los últimos cuatro años es de 183%, de 4,87 a 13,79 pesos. En los ocho años que abarcan los dos últimos períodos presidenciales, el "liqui" trepó 326,6%, desde diciembre de 2007, a 3,20 pesos.
Un caso curioso de "mala praxis" en materia económica se deduce de los datos que aporta el propio Gobierno: con "cepo" cambiario, del dólar oficial subió más en el segundo gobierno de Cristina que en el primero, de $4,279 a $9,465, un 121,2%, dinámica que profundizó la devaluación del peso.
En el mismo sentido se desplomaron las reservas internacionales del Banco Central. Luego de alcanzar un récord de USD 52.654 millones el 26 de enero de 2011, hoy son poco más de la mitad de aquel monto, unos USD 27.752 millones, en los que se computan unos USD 11.000 millones aportados de manera temporal por el "swap" con el Banco Central de China y los desembolsos a bonistas reestructurados bloqueados por los fallos del juez Thomas Griesa desde el 30 de julio de 2014, unos 1.900 millones de dólares.