Siete razones por las que Francisco podría recibir el Nobel de la Paz

¿Qué hechos del pontificado del primer Papa latinoamericano pueden hacer que el marcado antivaticanismo de quienes conceden el galardón se rinda en esta ocasión ante un liderazgo papal?

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Desde que llegó al pontificado, muchas voces se han alzado para pedir el Nobel de la Paz para el a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" papa Francisco/a. Un premio otorgado por un comité marcadamente antivaticano y anticatólico, que se lo negó, contra toda evidencia y pese al grito casi unánime de la comunidad internacional, a Juan Pablo II, en particular en el año 2003, por sus denodados esfuerzos para evitar la segunda guerra contra Irak.

Entonces, si esta vez el comité noruego hace una excepción, ¿cuáles serían las razones inapelables que lo motivarían?

Desde el inicio, Jorge Bergoglio puso su pontificado al servicio de las periferias geográficas y existenciales del mundo y salió al encuentro de los refugiados, buscó tender puentes para aliviar la "tercera guerra mundial por partes" que asegura está teniendo lugar y llamó al mundo a salvar el planeta, la casa común, creación y don divino que el hombre está depredando.

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Este programa se tradujo en varios hechos relevantes, algunos coronados de éxito, otros que constituyen un primer paso de procesos que llevarán tiempo, pero todos inscriptos en el objetivo mayor de aportar a la resolución pacífica de todos los conflictos, mediante el diálogo, la cooperación y la fraternidad universal.

1. Al encuentro de los refugiados. Desde su primer viaje a Lampedusa hasta el pedido de que cada parroquia italiana –recordemos que el Papa es el Obispo de Roma– cobije a una familia siria o de otra procedencia, pasando por sus continuos llamados por dar auxilio y cobijo a estos nuevos parias del siglo XXI, Francisco no ha cesado de apelar a la conciencia universal sobre el drama de las poblaciones que viven en los escenarios de los conflictos que conforman una tercera guerra mundial por partes.

2. Siria. Su histórica vigilia de oración por la paz en Siria, precedida por una carta a Vladimir Putin y a la OTAN.

3. Tierra Santa. La invitación a los presidentes de Israel y de la Autoridad Palestina a rezar por la paz en los jardines vaticanos, en lo que constituyó un primer contacto entre las partes en litigio luego de muchos años de diálogos fallidos.

4. Cuba-EEUU. La mediación entre Washington y La Habana para el restablecimiento de relaciones tras 54 años de ruptura, y su vigoroso respaldo a la política de distensión emprendida por el presidente estadounidense Barack Obama hacia la isla.

5. Ecología. Por primera vez, una entera encíclica papal, la Laudato Sii, está dedicada al cuidado del medio ambiente, bajo la forma de un llamado a una revolución cultural para salvar al planeta.

6. Ecumenismo. La constante promoción del diálogo interreligioso que tuvo su momento más simbólico en el abrazo de las tres religiones, durante su gira por Tierra Santa, con un rabino y un líder islámico, junto al Muro de los lamentos.

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7. Liderazgo. Finalmente, y debido a todo lo anterior, Francisco se ha convertido en el único líder con una autoridad moral y política de tal dimensión que su voz es escuchada mucho más allá de los límites institucionales y confesionales de la Iglesia católica.

Nuevamente, como sucedió con Juan Pablo II, el no otorgamiento del galardón a Francisco no quitará nada a su liderazgo ni a su prestigio. No podrá decirse lo mismo del comité noruego, que ya tiene varias equivocaciones en su haber.