Un estudio publicado por la revista especializada Obesity Research & Clinical Practice y reproducido por el periódico The Atlantic sumó una nueva causa de pesar para los más jóvenes norteamericanos: no sólo les cuesta más que a generaciones anteriores conseguir un trabajo o pagar la universidad, sino que además, también les resulta más difícil mantenerse en forma.
Los autores examinaron la dieta de unos 36.400 estadounidenses entre 1971 y 2008 y la actividad física de 14.419 personas entre 1988 y 2006. Luego de analizar los datos -cantidad de alimentos, actividad, edad e índice de masa corporal (IMC)-, hallaron una correlación sorprendente: para los adultos de hoy es más difícil mantener el mismo peso que para los adultos de hace 20 o 30 años, incluso manteniendo los mismos niveles de ingesta de alimentos y ejercicio.
En 2006, comiendo la misma cantidad de calorías, teniendo las mismas cantidades de macronutrientes, como proteínas y grasas, y llevando a cabo ejercicio físico similar, las personas eran un 10% más pesadas que los adultos de la misma edad en 1988, lo que representa 2,3 puntos más de IMC.