Pacientes en peligro: los remedios "falsos" ponen en jaque la salud mundial

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La industria de medicamentos falsos está en aumento en el mundo. En 1985, durante la "conferencia de expertos y uso racional de las drogas en medicina", organizada en Nairobi, Kenia, se instaló por primera vez el problema de los laboratorios "paralelos". Sin embargo, no se tomaron medidas de manera rápida y efectiva, por lo que el problema comenzó a expandirse por todo el mundo hasta convertirse en un negocio millonario y bien articulado.

Desde entonces, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el interés de los países creció y comenzaron a articularse políticas más restrictivas, pero no existe un convenio internacional que obligue, o por lo menos, intente controlar de manera coordinada el desarrollo de esta industria. De hecho, los países que envían informes sobre el tema lo hacen de manera voluntaria.

De eso informes, la OMS aseguró que el problema implica tanto países en vía de desarrollo como desarrollados. Además, sostuvieron que cualquier tipo de droga es susceptible a ser falsificada, desde vacunas a antigripales, antibióticos o tratamientos contra el VIH e incluso el Viagra.

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Los mayores engaños se encuentran entre los medicamentos que adolecen de los ingredientes activos necesarios para que funcionen (32,1 por ciento); mientras que el 21,4% tienen los componentes erróneos; el 20,2% son productos con cantidades incorrectas de los ingredientes activos; el 15,6%, tienen packaging falso, el 8,5% tienen un alto nivel de impurezas y contaminantes, y el 1% son copias de un producto original.

En la actualidad, distintas organizaciones sanitarias especularon que entre 100 mil y un millón de personas mueren cada año debido a drogas falsificadas. En Pakistán, en el hospital Lahore en 2012, una droga contra la tuberculosis mató a 100 pacientes al despertar reacciones adversas. Un año después, en India, se descubrió que durante un periodo de cinco años, fallecieron ocho mil pacientes por utilizar un antibiótico que supuestamente era bueno para evitar infecciones post operacionales.

Este año, en Estados Unidos, cientos de pacientes con cáncer tomaron lo que pensaban que era un anticuerpo monoclonal, para después comprobar que no tenían ingredientes activos. Además, la OMS lanzó una advertencia a la comunidad global de la salud sobre vacunas contra la meningitis vencidas, que se vendía en el oeste de África.

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En la actualidad, la manera más directa de detectar un medicamento apócrifo es el análisis de muestras en laboratorios. En los países de bajos recursos afrontar este procedimiento podría poner en jaque el presupuesto de salud, ya que sus costos son altísimos. Por otra parte, las naciones que sí pueden realizarlo se encuentran con otros desafíos, como que el laboratorio productor cambie algo de la fórmula sin avisar. Esto implica que los análisis no sean 100 por ciento efectivos.

Interpol interviene

A pesar de que el problema se hizo público en 1985, debieron pasar 20 años para que un organismo con potestad internacional como Interpol tomase medidas. Así, en 2005, surgió la oficina contra el crimen farmacéutico y a partir de allí, comenzaron a realizarse allanamientos dentro del marco de Operación Pangea: para 2011, las pastillas secuestradas fueron 2,4 millones, mientras que en 2015 la cifra alcanzó 20,7 millones.

Los especialistas aseguran que esto no significa necesariamente que las herramientas para combatir este crimen haya mejorado, sino que la producción aumentó. El problema, al parecer, sería mucho más grande de lo que esperaban. De hecho, la mitad de los cargamentos confiscados no provienen de países subdesarrollados, sino del Reino Unido, Estados Unidos y Francia, quienes ya tienen regulaciones fuertes.

En búsqueda de una legislación efectiva

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El protocolo en vigencia para la lucha contra el delito es el de Medicrime Convention, que desde 2011 habilita a los países a criminalizar a aquellos que realizan drogas sin autorización o que no cumplen con todos los componentes. En ese sentido, países como India y Brasil, que poseen una fuerte industria farmacéutica, están endureciendo sus leyes, ya que el tráfico ilegal afecta sus economías. La OMS estima que el 30% de los 196 países que la conforman no tienen una agencia funcional que controle la producción y abastecimiento de drogas.

Internet: un canal hacia la ilegalidad

Las farmacias online son una preocupación en aumento. Sea por sitios web o correos electrónicos que ofrecen productos de asistencia médica y medicinas a precios accesibles, y muchas veces ni se necesita una prescripción.

Diferentes estudios demostraron que el 90 por ciento de las drogas compradas en algún sitio de internet -sean portales de venta o farmacias online- tienen un origen diferente a aquel que es promocionado y, generalmente, son adquiridos en países con escasa o poca regulación sobre el tema. Solo en EE.UU., luego de analizar 11 mil muestras, se comprobó que el 96% de las farmacias no cumplen con las regulaciones de la Administración de Comida y Drogas (FDA).





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