Para el teólogo Miguel Díaz, ex embajador estadounidense ante la Santa Sede, el mensaje del papa Francisco durante su gira –una agenda recargada tanto en Cuba y como en Washington, Nueva York y Filadelfia– tuvo tres elementos centrales. "El primero: el rechazo a la indiferencia humana. El segundo: la opción preferencial por los pobres y los marginados. El tercero: la Tierra que sufre, la Tierra empobrecida", enumeró.
El mensaje triple resonó distinto, aunque su contenido fue idéntico, en las dos orillas que retoman el diálogo tras cincuenta años sin relaciones: "Los conceptos son similares pero se aplican de modo distinto según la situación sociohistórica concreta", dijo a Infobae el titular de la cátedra John Courtney Murray de Servicio Público en el Departamento de Teología de la Universidad Loyola en Chicago.
Los tres puntos tienen en común la práctica de la misericordia, interpretó. "La invitación central del papa Francisco es al diálogo, al encuentro con el ser humano: por eso su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos se enfocó en la famosa Regla de Oro, 'Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes' (Mateo, 7:12). ¿Tiene eso implicancias políticas? Desde luego que las tiene."
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