El papa Francisco sorprendió esta semana al declarar que le había negado una audiencia a un presidente de la región en el marco de su histórica visita a Cuba. Algunos analistas especularon con que la cita aludía a la argentina Cristina Kirchner, única mandataria que viajó a la isla. Sin embargo, iInfobae/i confirmó de fuentes vaticanas que el jefe de Estado que recibió la negativa del Obispo de Roma fue el venezolano Nicolás Maduro.
No es la primera vez que se frustra un encuentro entre el bolivariano y el Papa. En junio de este año, el sucesor de Hugo Chávez suspendió a último momento un viaje a Roma en medio de la fuerte crisis económica y social que atraviesa su país.
El encuentro entre Francisco y Maduro había generado fuertes expectativas en la oposición venezolana, que esperaba un gesto del Pontífice a favor de la liberación de los presos políticos, entre ellos Leopoldo López, recientemente condenado por el régimen a 13 años, 9 meses y 7 días de prisión.
Maduro buscó redimirse del "plantón" de mayo con una reunión bilateral en Cuba, que finalmente el Vaticano rechazó. El Pontífice tampoco recibió a los disidentes a la dictadura de los hermanos Castro porque -aseguró- no tenía previsto realizar audiencias privadas.
Quien sí tendrá un encuentro a solas antes de dejar el Gobierno es la presidente argentina Cristina Kirchner. La mandataria tiene previsto viajar a Roma antes del 10 de diciembre -fecha en que culmina su mandato- para despedirse formalmente de Francisco.
Si bien el kirchnerismo había mantenido una relación muy conflictiva con el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, todo cambió cuando el argentino fue elegido como sucesor de Benedicto XVI.
Desde marzo de 2013, el Papa se reunió cuatro veces en privado con Cristina Kirchner. La última ocasión fue en junio. Durante la visita de Francisco a Cuba, hubo un saludo protocolar entre ambos líderes. Algo similar sucedió en julio, cuando la jefa de Estado viajó a Paraguay para participar de una misa que encabezó el Pontífice.
En los últimos meses el Papa evitó incluir a los políticos argentinos en su agenda para evitar que su figura fuera utilizada en tiempos de electorales. El Santo Padre declaró que muchas veces se sintió usado por dirigentes de su país natal que viajaron a Roma sólo para buscar el rédito político de la foto. El oficial de Protocolo del Vaticano, monseñor Guillermo Karcher, aclaró que estas palabras no tenían como destinataria a la presidente Kirchner.