Somos lo que comemos y sentimos lo que ingerimos. Alimentos químicos, procesados y refinados influyen negativamente en los sentimientos que padece una persona. Hay nutrientes que generan relajación y aumentan la serotonina, mientras que otros son los encargados de despertar en cómo nos sentimos y los sentimientos que padecemos. Serotonina y triptófano son las palabras claves. La primera, un neurotransmisor. La segunda, un aminoácido. De ambas puede surgir la tristeza, la alegría, la negatividad, la ansiedad, entre otras emociones.
El sistema nervioso necesita glucosa para que la serotonina funcione. Por eso, los bajos niveles de glucosa provocan malestar, debilidad y nerviosismo. Un auténtico generador del mal humor.
Edulcorantes artificiales
Ingerir edulcorantes en forma constante frena la producción de serotonina y dopamina, lo que evita la sensación de bienestar, produciendo ansiedad y tristeza.
Alimentos procesados
Chocolate y alimentos azucarados contienen sustancias químicas y dañinas que provocan inflamaciones y enfermedades cardiovasculares.
Alcohol
Interfiere en receptores del sistema nervioso y puede ayudar a caer en un estado depresivo.
Fritos
Un estudio del Hospital Universitario de Montreal sostiene que los alimentos que contienen en gran proporción grasas saturadas, generan conductas depresivas, ya que disminuyen la producción de serotonina.
Cereales
Los cereales refinados y procesados aumentan la sensación de estar tristes y apagados por la cantidad de azúcar que contienen.
Gaseosas
El azúcar y el gas tienen varios químicos que elevan el periodo depresivo de una persona.
Diez alimentos para remplazar los alimentos depresivos:
- Carne
- Huevos
- Pescado
- Queso
- Naranja
- Nueces
- Arroz integral
- Pollo
- Lentajas
- Rúcula