El club de lectores digitales Leamos y la escritora argentina Flavia Pittella invitan a conocer la literatura tradicional y redescubrir a los autores más destacados de diversos géneros.
Hoy es el turno de Los juegos del hambre, de Suzanne Collins, que si bien es conocido como una saga para adolescentes, Pittella lo recomendó como "para todo público". "Es una trilogía maravillosa e imperdible para todas las edades; es compleja, muy interesante y atractiva", opinó.
Tras asegurar que "tiene mucho de la mejor literatura de ciencia ficción", la escritora describió que a quien le gusten las novelas del estilo 1984, de George Orwell y Un mundo feliz, de Aldous Huxley "encontrará todos los condimentos que hacen a una buena distopía: un panóptico, un gobierno autoritario y 12 distritos muy dominados por un distrito central".
"Luego de que un distrito que se reveló y está desaparecido, para que todos tengan en claro que que rebelarse está mal se crean los juegos del hambre. A partir de allí, un niño y una niña de cada distrito son encerrados cada año en un sitio en el que se van a tener que matar unos a otros para saber quién va a ser el ganador de ese año. Y toda la población está obligada a mirar las 24 horas del día lo que sucede en ese espacio", reseñó.
Así, el rol de la televisión y las cámaras, tanto como la creación de las noticias y la manipulación de la verdad le van dando a la trilogía una complejidad creciente a medida que no acercamos a un final inesperado.
La trilogía se completa con En llamas y Sinsajo.
Suzanne Collins contó que la idea de Los juegos del hambre llegó con una obsesión por la mitología cuando leyó la historia de Teseo. El mito griego de Teseo, en el que la ciudad de Atenas se ve obligada a enviar a siete hombres y siete mujeres jóvenes a Creta para ser devorados por el Minotauro, sirve también como fuente de inspiración para la nación de Panem, y agregó: "Creta estaba enviando un mensaje muy claro 'métete con nosotros y vamos a hacer algo peor que matar, vamos a matar a sus hijos'".
La carrera de Collins empezó en 1991 como guionista en programas de televisión para niños. Trabajó para canales como Nickelodeon, en Los misteriosos archivos de Shelby Woo, Pequeño oso y Oswald.
La inspiración de su primer libro, Gregor: las tierras bajas, de la saga Las Crónicas de las tierras carnívoras, vino en parte de que cuando era pequeña pensaba en las posibilidades que tenía alguien de caer por un hoyo a la madriguera de un conejo y encontrar una fiesta del té.
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