El lunes 21 de septiembre de 2015 pasará a la historia como el lunes negro de Volkswagen, un imperio con 590.000 operarios en todo el mundo, encarnación de la imagen de calidad de la industria alemana.
La acción de VW en la Bolsa de Frankfurt cayó un 17%, lo que le acarreó una descapitalización de 15.000 millones de euros (USD 17.900 millones). Y la caída proseguía el martes, con una baja de 5,52% hacia las 9:30 GMT.
Los otros valores de la industria automotriz de Europa también se vieron afectados por el escándalo.
En un solo día perdieron 17.900 millones de dólares en la Bolsa de Frankfurt
El asunto "tendrá consecuencias financieras considerables para el grupo, que aún no se pueden calcular", sin contar el perjuicio para "la imagen y la credibilidad de Volkswagen en todo el mundo", dijo a la AFP el analista del sector automovilístico Ferdinand Dudenhöffer.
También afecta a la reputación de esta empresa señera, estrechamente vinculada a la política, ya que el estado regional de Baja Sajonia posee el 20% de su capital y tiene poder de veto en las decisiones estratégicas.