Edinho Silva sobre la crisis económica en Brasil: "Son medidas duras, muchas impopulares"

El ministro de Comunicación Social y principal vocero de Dilma Roussef, se refirió a la situación económica, el rechazo a las medidas aplicadas, y el pedido de impeachment por parte de la oposición

Edinho Silva, ministro de Comunicación Social y principal vocero de Dilma Rousseff ALESP 163

Brasil está atravesando una grave crisis económica y el gobierno del PT, encabezado por la mandataria Dilma Rousseff, diseñó un plan económico de ajustes para buscar revertir la situación.

En el mismo, se propusieron recortes de 7000 millones en gastos, una eliminación de ministerios, congelamientos de salarios de empleados públicos y recortes en programas sociales, entre otras medidas que fueron muy criticadas por políticos, empresarios, sindicatos y una importante parte de la sociedad brasileña.

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"Lo que estamos haciendo es tomar las medidas necesarias para que la economía vuelva a crecer" asegura Edinho Silva en una entrevista concedida al diario La Nación. "Muchas se tomaron a inicios de año y ya están surgiendo efecto. La inflación está cayendo, eso nos permitirá retomar el crédito, las inversiones de largo plazo... El esfuerzo de la presidenta es mantener los programas sociales que son la marca del PT, los programas sociales son intocables. Ninguno de ellos fue cortado, sólo se disminuyó su ritmo", exclamó el principal vocero de la presidente.

En ese sentido, hizo referencia a la quita del grado de inversión por Standard & Poor's y reconoció que "el gobierno se esforzó al máximo para que ese cuadro no se caracterizase". De todas formas, aclaró: "No tengo dudas de que las medidas son correctas y que a través de este camino vamos a establecer en breve las condiciones para retomar el crédito, volver a discutir inversiones de largo plazo, e incluso debatir con la oposición para crear un ambiente de unidad".

"Nadie niega la responsabilidad en el proceso, la propia presidenta ya reconoció errores públicamente"

"Nadie niega la responsabilidad en el proceso, la propia presidenta ya reconoció errores públicamente", resaltó el ministro de Comunicación Social de Dilma Rouseff, aunque salió en defensa de la mandataria y aseguró que "la presidenta cometió errores fue para proteger los empleos de los brasileños, sus salarios, su renta y los avances sociales que tuvieron los brasileños. Si ella cometió errores fue gobernando, pensando en gobernar para los que más lo necesitaban".

"No hay un plan B, la presidenta hizo lo que había que hacer", sentenció el paulista. "Las propuestas que vayan a ser aprobadas saldrán de un diálogo con el Congreso. La presidenta fue muy honesta en ese sentido y está haciendo la parte del gobierno: hay recortes de gastos, reducción de ministerios, eliminación de cargos comisionados. Se está podando la maquinaria. Son medidas duras, muchas impopulares, pero sobre las cuales la presidenta está asumiendo toda la responsabilidad", resaltó.

Al ser consultado sobre el pedido de impeachment (procesar a un alto cargo público), Silva fue crítico con algunos sectores políticos: "La oposición no tiene una posición política única. Hay personas que tienen una visión de estadistas, que buscan hallar soluciones, pero también hay otras personas que asumen esa postura de cuanto peor la situación, mejor es para ellas".

"Si la presidenta quisiera prorrogar esas medidas... el próximo gobierno tendría una bomba que desmantelar en tres años"

"Se trata de medidas estructurales para la recuperación de la economía brasileña; si no se toman ahora, tendrán que ser tomadas en poco tiempo más. Si la presidenta quisiera prorrogar políticamente esas medidas podría dejarlas para el próximo gobierno, pero tendría una bomba que desmantelar en tres años", sentenció.

De todas formas, reconoció que el pedido "no me preocupa mucho" y lo que sí le hace ruido es "la intolerancia de cierta gente ante las posiciones políticas, que pueden llevar a agresiones físicas. Ese clima de conflicto termina yendo en contra de la tradición brasileña. Tenemos que superar ese ambiente de intolerancia, de división. Ese es el gran desafío histórico del PT en este momento: reconstruir las bases de la tolerancia y la diversidad".