-¿Cómo viviste el estreno?
-Estoy recontenta, el personaje es precioso. Darío Grandinetti es el Papa y lleva toda la historia. En los recuerdos nos cuenta que esta madre se enojó muchísimo, aunque era una mujer religiosa e iba todos los domingos a misa, cuando el hijo le dijo que iba a seguir una vocación, algo tan enorme.
"No seguía a este Papa ni sabía mucho de su vida, sí que era repiola"
-¿Conocías algo de la historia del Papa previamente?
-No, no soy una practicante religiosa y tampoco tengo una religión demasiado definida, de todas me gusta un poco. Me gusta la religiosidad, la base de la religión, después, en lo que devino cada una... No soy una católica practicante, no seguía a este Papa ni sabía exactamente de su vida, sí sabía que era repiola. A partir de la película es que me puedo acercar más. Los personajes a los actores también nos sirven para eso, para desasnarnos y hacernos un poquito más profundos con los sentimientos.
-¿Te acercó a la Iglesia?
-No, no me acercó a la Iglesia, me acercó al Papa. Me acercó a esta personalidad tan humilde, a esta rama del catolicismo jesuita que me parece superinteresante.
-Hay un momento en el que tu personaje le dice: "¿No voy a tener nietos?" y está muy enojada con su decisión. ¿Cómo vivís la maternidad vos en cuanto a las elecciones de tus hijos?
-Fue muy interesante, desde la historia se sabe que era una mamá que se enojó, que era muy dura y que los 13 años en el seminario no lo fue a visitar nunca. Desde mi compresión humilde de mamá, sentí que era una herida. Esto que nos pasa mucho. Una buena madre, dice Catherine Dolto, es quien se deja dejar. Cuando la madre empieza a comprender que un hijo no es una prolongación de uno y su deseo, sino realmente otro ser que tiene la potestad sobre su vida.
"La sociedad está evolucionando, pero todavía estamos muy viejos en muchos temas"
-¿Cómo te llevás con eso?
-Todavía tengo niños chiquitos, la de 14 es rebelde, pero es chiquita. Esto pasa un poquito más adelante. Lo interesante de este personaje es que era una persona que intentamos que humanamente se equivoque, como nos equivocamos todos por amor. Como decías recién, una de las frases más fuertes es: "No voy a tener nietos. No vas a tener hijos. Te vas a quedar solo". Mirando para atrás, decís: "Si hay algo que no está este hombre, es solo", pero en ese momento no se sabía. Hoy, hablando con una amiga, me dice: "Yo le dije lo mismo a mi hijo cuando él me dijo que era gay. Lo que más me preocupó fueron los hijos". Después uno puede, si su evolución en la Tierra se lo permitió, ir más allá de eso, pero hay mucho que se queda en ese quiebre. Todo se ha ablandado; si hablamos de los homosexuales, por suerte el matrimonio igualitario salió, por suerte la ley de adopción salió. La sociedad está evolucionando, pero hay toda una cosa por abajo, todavía estamos muy viejos en muchos temas.
-¿En qué considerás que somos viejos o rígidos?
-En mil quinientas cosas nos veo muy rígidos, vamos progresando pero muy de a poquito. Todas las barbaridades que se dijeron en su momento con el matrimonio igualitario, con lo que dijo ahora del aborto el Papa.
-¿Tenés posición sobre la despenalización del aborto?
Deberíamos darle más oportunidades a la gente de tener hijos de verdad, pero es una sociedad que oprime y que a veces no lo permite económica y socialmente. Todos deberían tener los mismos derechos de poder interrumpir un embarazo. Si no, es casi como de una elite, y hay otras personas que quieren hacer lo mismo. Es, por supuesto, algo triste. No es que decís: "Ay, qué alegría, el amor es libre, total me hago un aborto en el hospital". Eso sería una estupidez. Cualquier mujer sabe que pasar por un aborto es una de las situaciones más terribles y tristes, nadie quiere pasar por eso. Lo que se está discutiendo es que la persona que pasa por eso muere.
-¿Qué otras discusiones considerás que están faltando?
-Con respecto a la salud, la atención en los partos y la humanización del parto es algo que me interesa muchísimo.
-¿Tus partos fueron en tu casa?
-Me hubiera encantado, pero no, no me dio el valor, con este miedo que te meten y qué se yo. En el nivel hospitalario hay algunos lugares donde sí lo están haciendo, que sea un lugar acogedor sin que sea tu casa, que sea un poco más feliz. Tanto el nacimiento como la muerte son lugares de tránsito bastante tabú y bastante duros.
"Soy un poco budista, un poco judía, un poco católica, de todo un poco"
-¿Le tenés miedo a la muerte?
-Todavía no.
-¿No la pensás?
-Sí, la pienso, pero de alguna manera creo que nosotros, que este vientito que somos, sigue un poco más allá. De alguna forma, sin tener una religión exacta, soy un poco budista, un poco judía, un poco católica, un poco de todo un poco. No, no le tengo miedo, le tengo respeto.
-¿Creés en Dios?
Sí, creo en Dios.
-¿Qué mirada tenés del vínculo del Estado argentino con el papa Francisco hoy y con el cardenal [Jorge] Bergoglio previamente?
-El Estado argentino ha cambiado mucho desde el cardenal Bergoglio a hoy, era otra política, totalmente diferente. De lo que no sé no hablo mucho. Uno cree que tiene que saber de todo y puede dar una respuesta inteligente, y no tengo una respuesta muy inteligente al respecto.
-¿La coyuntura del país te interesa?
-Poco. En otro momento sí, cuando era muy joven: el boleto estudiantil, las marchas...
-¿Militabas?
-Militaba y era muy aguerrida con eso. Ahora me disparé para otro lado, tengo grupos de mujeres, me va más para lo humanista, lo político no. Cada vez que se habla, es tan blanco o tan negro que me pone en una situación que no me deja libertad de hablar.
-¿Te has sentido presionada para manifestarte?
-No, no soy parte de un sistema o no trabajo para determinadas personas. La verdad es que me gustan algunas cosas que hace el Gobierno, me gusta especialmente con los derechos humanos, y me gustan otras cosas que hace en cultura [Hernán] Lombardi. No tengo ganas de meterme en ninguna camisa.
"El personaje de Evita te atraviesa y te hace admirarla, estés de acuerdo o no"
-Pensando en las mujeres en la política, más allá de la ideología, ¿quién de las actuales te parece un lindo personaje para interpretar?
-Todas. Las mujeres en la política son muy interesantes para actuar, porque la política saca algo muy masculino de una personalidad muy femenina. Cuando me tocó Evita, fue increíble el laburo, especialmente porque yo no era peronista y sin embargo el personaje de Evita te atraviesa y te hace admirarla, estés de acuerdo o no. Es un personajón, un mix de mujer y sentimientos, y a la vez una cosa aguerrida, de ideología y profunda, que es súper.
-¿Creés que Cristina, con el correr del tiempo, se podrá convertir en un personaje así de fuerte para la historia argentina?
No, me parece que ya es un personaje así de fuerte para la historia argentina y, para la interpretación, un personaje buenísimo.
-¿Tan importante como Evita?
-Y sí, una mujer que ha transitado durante tanto tiempo la Presidencia, ha sido presidente. Evita no, no la han dejado, pero no. También por su propia historia, no llegó. Murió demasiado joven.
-¿Te imaginás interpretar a Cristina en algún momento?
-Me encantaría. Me parece una personalidad superinteresante.
-¿La tele cómo la estás viendo?
-Soy muy vaga para la tele, pero hay producciones que están buenas. Toda esta apertura del INCAA fue muy importante. Me gustaría que se haga más cine.
-Acaban de estrenar Signos e Historia de un clan, ambas muy buenas y con críticas porque están en el mismo horario.
-En principio agradezcamos que hay unitarios. A los actores nos gusta mucho trabajar en unitarios. En una tira tenés que trabajar un poco más rápido y en el unitario podés trabajar más sobre la historia. Que estén justo al mismo horario, decís: "Uh, bueno..." Pero podríamos, en vez de restarle, sumarle: "Che, hagan otro que esté en otro horario". También hay tiras que están buenísimas: La leona, que todavía no tiene ni espacio para salir.
-¿Tu hija Mora sigue con vocación artística?
-Tiene una vocación artística impresionante. Es muy loco ver eso. Le debe haber pasado a mi padre conmigo también, porque yo soy hija de actores.
-Si plantea que quiere dejar el colegio o cambiarse a uno más sencillo para empezar una tira el año que viene, ¿lo permitís?
-No, pero porque amo demasiado a esta profesión y siento que es demasiado delicada como para salir al ruedo. Así como un médico necesita hacer su carrera para poder operar, debería pasar lo mismo con los actores. Es lo que también me pasó con mi papá, por otras razones, pero él no me dejaba trabajar hasta que yo terminara el secundario. Me parece que está bueno. El proceso de ser uno más en tu adolescencia es casi fundante para un actor.
-Si te regalaran 24 horas de impunidad, ¿qué harías?
-Intentaría arreglar las cosas, poner los hospitales mejor, los colegios, cambiaría los fondos económicos para lo social y cultural un poco más.
-Vas a tener 24 horas ocupadas...
-Sí, claro [risas]. Después me voy y descanso ya con la conciencia de que algo se pudo hacer.
Agradecimiento: ?Romina Sala, Peinado y Maquillaje. TW: @RSimagensocial