El titular del Juzgado Letrado de Jáchal, Pablo Oritja, encabezó una inspección ocular a la mina Veladero, de la empresa Barrick Gold, donde el domingo se derramaron entre 224 mil y 2 millones de litros de cianuro al río Las Taguas, en San Juan. Durante la visita surgió la primera hipótesis sobre las causas de la fuga: falta de mantenimiento más error humano.
El juez Oritja subió a la mina junto a cuatro fiscales designados ad hoc por la Corte de Justicia provincial, funcionarios del Ministerio de Minería y de Barrick Gold, y un grupo de peritos, entre ellos, un especialista de la Universidad Nacional de San Juan, Daniel Cabrera. Según San Juan 8, este último observó que la válvula que falló había cumplido su ciclo de vida. La pieza fue secuestrada por Gendarmería y será trasladada a la capital provincial para ser analizada.
La válvula en cuestión estaba en el valle de lixiviación, que es la zona en la que se rocía la tierra molida con agua y cianuro para separar el oro y la plata de la piedra. Al parecer, las sustancias que se derraman en ese proceso van a parar a un canal que termina en una pileta de contingencia. Pero todo depende de una compuerta que debía estar cerrada y estaba levantada, por lo que la "solución cianurada" terminó en el río. El Diario de Cuyo informó que un operario debía bajarla y no lo hizo. Por eso el juez pidió la lista del personal que estaba ese día en Veladero.
Mientras tanto, hay dos concentraciones convocadas para esta noche, una en la capital provincial y otra en la ciudad de Jáchal, una de las más cercanas a la mina. Las asambleas vecinales divulgaron en las redes sociales cinco reclamos: el esclarecimiento del derrame, la puesta en marcha de un plan de contingencia y saneamiento urgente, la sanción a Barrick Gold y los organismos de control, la expulsión de la empresa canadiense del país por el incumplimiento de la normativa local y la prohibición de la megaminería en San Juan.