James Holmes, de 24 años de edad, irrumpió en un cine de Denver, Colorado, cuando se estrenaba la película de Batman "The Dark Knight Rises" (El Caballero Oscuro) y disparó indiscriminadamente. En el tiroteo que ocurrió el 20 de julio de 2012 en la función de trasnoche, murieron 12 personas y otras 70 resultaron heridas.
En medio de la proyección, Holmes vestido de negro, con chaleco antibalas, casco y máscara, abrió la puerta de emergencia de la sala y lanzó una bomba de humo.
En el público desorientado, algunos espectadores pensaron que la intervención de Holmes formaba parte del show. El asesino empezó entonces disparar a la multitud.
En agosto de 2015, un jurado popular lo condenó a cadena perpetua sin posibilidad de pedir libertad condicional, pese a que el joven se declaró inocente por padecer problemas mentales.
De las 12 víctimas fatales, 10 murieron en el acto, mientras que las restantes fallecieron en el hospital o en el camino. El ataque fue uno de los más sangrientos registrados en los últimos años en los Estados Unidos.
Después del ataque, las autoridades evacuaron el lugar por temor a que hubiera otras explosiones. Allí encontraron una pistola. Holmes llevaba además consigo un rifle y un revólver.
En el momento de la matanza, el acusado se identificó como el Joker, el enemigo de Batman, el hombre murciélago, uno de los iconos de DC comics.
Gracias a un entramado de cables, detonadores y material explosivo, el asesino convirtió su apartamento en una trampa mortal para cualquiera que se atreviera a entrar. Los artificieros tardaron más de 24 horas en desactivar el dispositivo.
Holmes fue detenido por la policía en el estacionamiento del complejo. "No se resistió, ni si quiera forcejeó", señalaron las autoridades después del arresto.