Durante las primeras horas del jueves, el gobierno austríaco informó que 2.800 migrantes se encontraban en Nickelsdorf recibiendo comida y refugio temporal, a la espera de los medios de transporte especiales y los trenes que los llevarían a Viena y a otras ciudades.
La policía confirmó que tan sólo durante la medianoche más de 1.700 personas cruzaron la frontera desde Hungría.
Christian Knopf, encargado de la coordinación, señaló que la situación estaba tranquila y la gente estaba exhausta, pero "muy feliz de estar en Austria".
El sábado y el domingo 15.000 refugiados ingresaron al país, así como lo hicieron otros miles en días recientes.
De todas formas, la mayoría no se quedará en Austria, sino que seguirá su viaje, principalmente hacia Alemania.
El pasado fin de semana, el gobierno informó su decisión de permitir a los migrantes entrar libremente para tratar de aliviar la situación en Hungría que recibió 50.000 refugiados en el mes de agosto.