En lugar de una torta, las asistentes a esta fiesta se repartían una bandeja que decía "PCC 15.3.3 22 años" con líneas de cocaína. Y en vez de soplar, aspiraban.
La infame celebración ocupó un pabellón entero de la prisión y contó con todos los condimentos. Además de la coca, había marihuana y cachaça para todas.
La impunidad con la que se manejan estos grupos es tan grande que no dudaron en filmar todo, para luego subirlo a internet. Obviamente, no tardó mucho en viralizarse y desatar un escándalo.
Las represalias tampoco se hicieron esperar. La justicia ya abrió una investigación sobre los responsables de la Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP). Además, pidió identificar a las participantes.
La SAP tomó por su parte la decisión de desplazar al director de seguridad de la cárcel y a sus subordinados. Las reclusas que participaron fueron trasladadas.