, que desde hace años está asolada por la violencia sin fin de la guerra civil y del Estado Islámico. Como muchos otros compatriotas, murió ahogado tras el naufragio de la precaria embarcación con la que surcaba el Mar Egeo, con la esperanza de llegar a Grecia y así entrar a Europa.
La fotografía de un agente turco cargando al menor fue difundida por los medios y las redes sociales con el hashtag #KiyiyaVuranInsanlik ('La humanidad ha naufragado', en turco).
Desde entonces, recorrió el mundo, conmoviendo a personas de todas las edades y nacionalidades, incapaces de comprender cómo no se hace más para detener esta tragedia. Muchos de ellos empezaron a compartir fotos y dibujos que son, al mismo tiempo, un homenaje a Aylan y a todo lo que representa, y una denuncia de la inacción del poder político para prevenir la situación.
El niño, comparado con un angelito por muchos en Twitter.
Los líderes del mundo, especialmente los europeos, quedaron en el ojo de la tormenta luego de que se conocieran estas fotos.
Hasta los animales lloran la tragedia de Aylan y los suyos.
"El fin". No hay distinción de culturas o naciones en la indignación que genera esta tragedia humanitaria.
Vietnam, China, África, Nueva York. Las muertes y las violaciones a los derechos humanos se repiten, sin que seamos capaces de evitarlos.
"Cuando se viola la conciencia, mueren los derechos de los demás", una de las tantas frases que se han repetido en las últimas horas.