Más de uno fueron los imponderables que se le fueron presentando a Gerardo Martino de cara a la gira que la Selección argentina realiza en Estados Unidos, donde se medirá con Bolivia y México. Es que desde que anunció la lista de convocados, se le fueron cayendo constantemente soldados como consecuencia de diversas lesiones.
Sin embargo, mínimos son los contratiempos de la 'Albiceleste' si se mira para la vereda de enfrente. Es que su primer adversario arriba sumergido en un presente verdaderamente caótico. ¿Motivos? Desde dirigentes presos, hasta el nombramiento de cuatro entrenadores diferentes en apenas quince días y amenazas de que no viajar a Houston para disputar el amistoso (el cual será el único para ellos antes del inicio de las Eliminatorias).
Por un lado, la Federación Boliviana de Fútbol se encuentra acéfala como consecuencia de que su presidente Carlos Chávez (también tesorero de la Conmebol) se encuentra preso en Santa Cruz desde el 21 de julio por estar involucrado en una investigación sobre supuestos actos de corrupción. Él y otros tres ex dirigentes de la FBF están investigados por los delitos de organización criminal, legitimación de ganancias ilícitas, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, delitos tributarios y estafa con víctimas múltiples.
Mientras se resolvió que el vicepresidente primero, Marco Ortega, asuma el cargo de forma interina; la Selección padece los coletazos de tan complicado presente. Es que Mauricio Soria, el entrenador que asumió en enero y dirigió la Copa América, renunció el pasado 12 de agosto y el combinado nacional quedó literalmente a la deriva.
¿Qué sucedió? Cuatro reemplazantes se nombraron en apenas quince días. Dos días después de la dimisión, se eligió a Néstor Clausen como seleccionador interino, pero apenas un día más tarde decidieron que sea nombrado en su lugar el español Miguel Angel Portugal. Tan sólo una semana después se reunió el Consejo Superior de la Liga y tomaron la decisión de rechazar el nombramiento de Portugal por considerar apropiado que el elegido fuera alguien más conocedor del fútbol boliviano. Pero los papelones no terminaron allí. Es que entonces se eligió a Eduardo Villegas como el nuevo director técnico y siete horas después del anuncio se terminó nombrando a Julio César Baldivieso como el seleccionador.
Quedando Baldivieso finalmente a cargo del puesto, y asumiendo hace menos de una semana, se comenzó a preparar sobre la marcha un amistoso que se rehusaban a jugar y para el que ni siquiera pudo elegir los futbolistas.
Inicialmente el cotejo estuvo en duda por amenazas de Bolivia de no querer disputar el compromiso si no recibían el pago con anticipación (esto debido a los mantos de dudas que estaban instalados sobre Torneos, la empresa organizador del partido y que está involucrada en el FIFA-Gate). Luego, el propio entrenador supo reconocer que no hubiese sido lo ideal iniciar su ciclo enfrentando a la Selección subcampeona del mundo.
Para colmo, Baldivieso también despotrico al afirmar que el 80 por ciento de los citados no los había elegido y por los grandes inconvenientes que se presentaron como consecuencia de que varios jugadores no contaban con la visa necesaria para ingresar a suelo norteamericano.
Más allá de todo esto y de que recién en las últimas horas arribó a Estados Unidos, el seleccionador parece haber definido el equipo en el único entrenamiento que tuvo: Daniel Vaca; Ronald Eguino, Ronald Raldes, Edward Zenteno; Miguel Hurtado, Alejandro Meleán, Danny Bejarano, Martín Smedberg, Rudy Cardozo; Juan Carlos Arce y Marcelo Martins.