La presidente brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que el país superará las "dificultades momentáneas" que atraviesa, en un discurso proferido el mismo día en que el gobierno reconoció que la economía entró en recesión técnica.
Rousseff, que habló ante un grupo de beneficiarios de un programa de viviendas populares en la localidad de Caucaia (Ceará, noreste), afirmó que su gobierno no permitirá que haya "retrocesos" en las políticas sociales ni en términos democráticos.
La mandataria también prometió a los brasileños que el gobierno está trabajando para aumentar la oferta de empleo, garantizar que el país vuelva a crecer y para controlar la inflación.
La economía brasileña entró en recesión técnica
La economía brasileña entró en recesión técnica al acumular dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, un -0,7 % entre enero y marzo y un -1,9 % entre abril y junio, según estadísticas oficiales divulgadas el viernes.
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El gobierno brasileño ha tomado una serie de medidas para corregir el desequilibrio en las cuentas públicas con el que terminó en 2014, que han incluido un corte de gastos, un aumento de los impuestos y la restricción del acceso al crédito.
Estas medidas, unidas al aumento de la inflación, la subida de los tipos de interés y la pérdida de confianza ante el escenario económico, han afectado en los últimos meses a la inversión y al consumo.
A pesar de esta política de austeridad, el ahorro en las cuentas públicas se achicó considerablemente en julio pasado, concretamente un 61 % con respecto al mes anterior, informó el Banco Central.
En los doce meses cerrados en julio el déficit fiscal primario, sin tener en cuenta el pago de los intereses de la deuda pública, escaló hasta el 0,89 % del PIB, lo que complica el cumplimiento del objetivo del Gobierno de ahorrar un 0,15 % del PIB este año.
El gobierno advirtió que cumplir la meta fiscal de 2016 depende de una nueva alza de impuestos
Brasil no será capaz de cumplir su meta de ahorro fiscal en 2016 a menos que el Congreso apruebe un nuevo impuesto a las transacciones financieras que es rechazado por el sector privado, según reconoció este viernes un funcionario de alto rango del gobierno.
Un integrante del equipo económico de Rousseff, quien solicitó no ser identificado debido a que no estaba autorizado para discutir el tema públicamente, reconoció a la agencia Reuters que el Ejecutivo ya enfrenta problemas en este ámbito. "Sin este impuesto no cumpliremos nuestra meta fiscal para el 2016", aseguró el funcionario.
"Cuando todos vean los números y lo que estamos haciendo para limitar el gasto, entenderán que esta es la única alternativa que tenemos", agregó.
"Sin este impuesto no cumpliremos nuestra meta fiscal para el 2016"
El gobierno enviará el lunes al Congreso un proyecto de ley para restablecer un impuesto de 0,38% a las transacciones financieras, conocido como CPMF, para recaudar cerca de 68.000 millones de reales (18.990 millones de dólares) al año, con el objetivo de cerrar la brecha fiscal.
La propuesta fue duramente criticada por legisladores y por líderes empresariales, que sostienen que el impuesto sólo presionará a una economía que ya atraviesa por una recesión.
Además de la propuesta impositiva, Brasilia presentará su proyecto de ley de presupuesto 2016, que recortará levemente los gastos no obligatorios. "El gobierno está haciendo un gran esfuerzo", dijo el funcionario, que está involucrado directamente en las decisiones de política fiscal. "No hay más espacio para recortes", agregó.
Cerca de un 90% del gasto general de Brasil está destinado por ley al pago de pensiones, salud y educación.