Álvaro Abós: "La criminalización de Argentina explica el auge del género policial"

El reconocido periodista y escritor Álvaro Abós visitó los estudios de Infobae TV y habló sobre su nuevo libro centrado en historias macabras de la historia nacional

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Las historias policiales siempre han tenido su lugar en la cultura argentina. Libros, canciones, programas de televisión y películas se nutrieron de casos que sacudieron por un tiempo al país, pero que, a pesar de todo, nunca dejan de sorprender e interesar.

El escritor, periodista y abogado Álvaro Abós visitó los estudios de Infobae TV, donde presentó su libro "Luna Amarilla y Otros Cuentos Negros" (Extremo Negro), en el que narra quince historias policiales que recorren un siglo de la historia argentina. "Fue terminado en enero de 2015 y el día que se lo llevé al editor, en los diarios decía 'apareció muerto el Fiscal Nisman", revela Abós. A pesar de tener este condimento, el caso más reciente que relata es del 2003: la dudosa muerte de Lourdes Di Natale. Esto se debe a que, como dirá más adelante, prefiere esperar para comprender mejor las cosas que nos rodean.

-Uno de los casos policiales más grandes de la historia argentina, y que aparece en el libro, es el de Robledo Puch, que casualmente hace pocos días fue noticia porque le negaron la libertad condicional, ¿por qué lo eligió?

Debido a que ya se ha escrito mucho sobre él, lo tomé como protagonista de un cuento buscándole la siguiente variante: qué sentía el policía que lo atrapó. Robledo Puch era un muchacho de buena familia que cometió muchos asesinatos en zona norte, él no se movía de ahí y fue detenido. Pero hay un episodio poco recordado: Robledo Puch escapó. Era ya el enemigo público número uno, toda la prensa, todo el país estaba concentrado en ese personaje, porque fue un verdadero asesino múltiple. El policía que lo detuvo aplicó la vieja fórmula de que "siempre se vuelve al lugar del crimen" y entonces lo fue a esperar a los lugares donde él cometía sus asesinatos y efectivamente Robledo Puch fue allí, a la Rivera de San Isidro, donde fue nuevamente detenido.

-Como dijo, sobre Robledo Puch se escribió mucho, pero no es el único caso sobre el que hay mucho material informativo, ¿por eso decidió recurrir a la ficción y no a la crónica?

Me parece que la ficción llega más allá de donde llega la crónica. Permite comprender mejor situaciones y especialmente en el crimen, esa situación de la naturaleza humana que siempre es una tragedia. Por lo tanto hice un trabajo de ficcionalización. He escrito ensayos, biografias y también narrativa. Y confieso que prefiero la narrativa. Quizás por una preferencia de lector, me formé leyendo literatura de quiosco, soy de una época donde en los quioscos había mucha literatura policial. Es el género que fue de alguna manera mi universidad. Iba al quiosco y había una revista que se llamaba Leoplán y ahí venía un cuento de Jorge Luis Borges o Rodolfo Walsh, y otros materiales de, por supuesto, menor nivel. De manera que está en mí ese gusto por la literatura negra, que tiene enorme tradición en la literatura argentina. Y me atrae el crimen, me fascina el crimen. Estoy en la compañía de miles de millones de seres humanos en todo el mundo, que gustan de leer ese tipo de materiales, que no serán vidas de santos, pero desgraciadamente el mal es más interesante que el bien.

-Por qué cree que el público se siente atraído por ese tipo de historias?

Es algo natural. Lo normal, lo que hacemos millones y millones de personas es no matar, pero de pronto, alguien mata. Esa anomalía está en la naturaleza humana. En la Biblia hay un minicuento maravilloso que dice "Caín mató a Abel" y luego toda la gran literatura del mundo trata sobre crímenes, por ejemplo tomás a Shakespere y él es una colección de traidores, asesinos, familias que se destrozan; y la literatura argentina es una colección de crímenes, empezando por el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, que es la narración de un magnicidio; y siguiendo por Borges, por ejemplo, que tenía una enorme predilección por la literatura policial, era un precursor, y cuyo primer libro de cuentos, nada menos, le puso por título Historia Universal de la Infamia.

-Si bien el género policial nunca se abandonó, y como bien dice, tiene gran tradición en nuestro país, ¿considera que el éxito de la película El Clan hará que vuelva a tomar impulso?

Puede contribuir a eso, pero no es nada nuevo, también el Secreto de sus ojos era una historia policial, quizás más compleja. El Clan es una obra interesante. Es una obra cruda, que va directo al objetivo. Bueno, el cine policial, la narrativa policial, hay muchas colecciones de libros que están difundiendo novela policial argentina y de todas las nacionalidades. El género policial tiene auge y algunos dicen "¿por qué?" "¿Es porque Argentina se criminalizó? ¿Por la inseguridad? Sí, yo creo sí, pero hay otra cosa y me parece que es que el género policial es tan amplio que en él cabe cualquier cosa. Es un género que permite transgredirlo y tiene algo que interesa al lector, aunque el lector no se da cuenta de eso, y es que tiene una estructura cerrada, como perfecta. Estamos llenos de relatos, permanentemente nos dicen cosas confusas; en cambio leer un libro policial o una narración negra, siempre nos ofrece una estructura, que no siempre es igual: a veces es un crimen y un detective que lo investiga y resuelve; otras veces el criminal o la víctima que cuentan lo que pasó, y a veces el final no coincide con la investigación. Las variantes son infinitas.