La crisis política en Tucumán, a raíz de las irregularidades en las elecciones del pasado domingo, generaron la reacción de Sor Lucía Caram, una monja tucumana muy conocida en España por sus críticas al gobierno del derechista Partido Popular (PP).
"Lo que se está haciendo (en Tucumán) es humillar a los ciudadanos. Es un insulto a la población comprar y vender votos mediante bolsones de alimentos", se indignó y reclamó una "regeneración política". "Este tipo de vicios de la vieja política me hacen daño. Hace falta una regeneración política, un cambio de mentalidad y de corazón", enfatizó.
De paso por su Tucumán natal, donde visitó a sus padres, que no veía hace dos años, la monja vivió en carne propia la realidad tucumana debido a las elecciones. "Vine huyendo de la crispación política de Cataluña, pero las cosas no cambiaron. Pensaba que acá había un poco más de democracia, pero parece ser que el mundo y la política están revueltos y la democracia en muchos sitios se ha vuelto sinónimo de duda o interrogante", se quejó.
"La democracia está herida de muerte a nivel mundial. Los niveles de corrupción, de mentira, de fraude, de engaño, no lo he visto en allá (España). He vivido mucho el movimiento de los indignados en España y venir a Tucumán y encontrarme con esta situación la verdad que hace que a uno le duela el alma. Tengo mucha impotencia", le contó a Radio Ciudad de San Miguel de Tucumán.
La monja admitió que tiene miedo de hasta dónde son capaces los políticos de llevar las coas. "No podemos comprometer a la paz, porque cualquier cosa puede quebrarla y puede haber una fractura social", afirmó. Y siguió: "Los tucumanos están demostrando su gran deseo de justicia y dignidad, con estas manifestaciones pacíficas que se están haciendo, para reclamar lo que corresponde".
En este sentido, Sor Lucía Caram advirtió que "la postración en la que se encuentra la provincia, más allá de que se pueda decir que se han hecho obras, es tremenda". "Lo que se está haciendo es humillar a los ciudadanos. Es un insulto a la población comprar y vender votos mediante un bolsón de alimentos", dijo y reclamó una oxigenación de la dirigencia: "Este tipo de vicios de la vieja política me hacen daño. Hace falta una regeneración política, un cambio de mentalidad y de corazón".
Los principales competidores por la gobernación también recibieron lo suyo. "(José) Cano y (Juan) Manzur no asumen la realidad del fraude y el drama que vive la gente. La verdad no tiene ningún valor en nuestra sociedad y la gente se ha cansado de promesas y mentiras y se está manifestando. Deben darse cuenta de que no puede hacer lo que les da la gana", enfatizó.
Además, dijo que le da "mucha vergüenza" a lo que se llegó. "Lo que pasa en Tucumán es noticia en el mundo, como un ejemplo de una democracia bananera, donde unos pocos se han hecho con el aparato y están pisoteando la dignidad de la gente".
La religiosa tucumana insistió en la necesidad de una regeneración total de la política. "No puede haber nepotismo, reparto de cargos a familiares. No se puede comprar la voluntad popular por unos bolsones sociales".
A su criterio, esa regeneración de la que habla, debe llegar de la mano de la revolución. "Yo creo que no nos van a sacar de esto los que nos han traído hasta acá. Creo que el cambio vendrá a través de una revolución pacífica".
"Tiene que haber un cambio desde las bases y hacer que los que están enquistados en el poder se despierten y utilicen ese poder como un servicio, y dejen de darle dádivas a la gente y de comprar voluntades. A unos los compran con planes sociales, a otros los compran con alimentos y a otros con cargos", señaló.
A la religiosa le preocupan los "aplaudidores" y que "los gobernantes se rodeen de gente que les dice lo que ellos quieren oír". "Pero, como decía el papa Francisco, no podemos dejar que nos maten la esperanza ni que nos roben la decisión de ser felices. En Tucumán es demasiada la gente que no vive con dignidad", lamentó.
"Deberíamos vivir con independencia y con libertad. Pero lamentablemente tenemos imperialistas que dominan al pueblo y lo peor es que son de los nuestros, no han venido de afuera", concluyó.