Hugo y Mariano Jinkis están detenidos en sus domicilios por el pedido de extradición hecho por la justicia de Estados Unidos porque los consideran partícipes del caso de corrupción en la FIFA.
Por el mismo caso está detenido con prisión domiciliaria el ex CEO de Torneos y Competencias Alejandro Burzaco, quien se entregó ante la justicia de Estados Unidos. Pagó 20 millones de dólares de fianza, vive en Manhattan y no puede alejarse más de 80 km. del juzgado ante el que se presentó.
Los Jinkis, de la empresa Full Play, y Burzaco están entre los acusados de haber pagado sobornos a dirigentes del fútbol para quedarse con los derechos de transmisión televisiva de varios torneos internacionales de importancia.
El juez Claudio Bonadio les otorgó a los Jinkis la prisión domiciliaria y todos los viernes a media mañana deben presentarse en el cuarto piso de Comodoro Py para mostrar que están a disposición de la Justicia. Son los primeros presos en utilizar el sistema de pulsera electrónica del Ministerio de Justicia de la Nación. El juez limitó sus movimientos a sus respectivos domicilios.
Bonadio pidió a los EEUU precisiones sobre la acusación contra los Jinkis
Bonadio les notificó hace unos días de la existencia del pedido de extradición solicitado por Estados Unidos. Desde ese momento corrían los 45 días que tiene el país que pidió la detención para hacer los trámites. Pero eso ha cambiado.
Bonadio suspendió por 30 días el proceso de extradición -según informaron fuentes vinculadas al caso- de acuerdo a lo estipulado por el artículo 31 de la Ley 24.747 de "Cooperación Internacional en Materia Penal", que prevé que se le puede pedir al estado requirente que sea más específico respecto de la acusación de las personas a extraditar.
El pedido de extradición llegado desde Estados Unidos tiene como base la siguiente acusación: "Los delitos investigados y que se pretenden juzgar incluyen los delitos de extorsión, fraude electrónico y lavado de activos. Durante la investigación las autoridades estadounidenses obtuvieron evidencias de que Jinkis, ejecutivo de marketing deportivo, fue parte de una asociación ilícita con el objeto de pagar sobornos -que efectivamente se pagaron- y del pago de retornos a funcionarios de la FIFA con el propósito de obtener para sí y para otros ejecutivos de marketing deportivo el derecho comercial a competencias de fútbol, inclusive una competencia programada para llevarse a cabo en los Estados Unidos de América en 2016".
El fiscal debe decidir si acepta el pedido de excarcelación presentado por los Jinkis
El juez le otorgó 30 días de plazo a la Justicia de Estados Unidos para que aclare qué acto concreto realizó cada uno de los Jinkis para que sus actividades fueran calificadas como los delitos de extorsión, fraude y lavado de activos.
También quiere saber Bonadio a qué persona física o jurídica se defraudó y de quiénes se obtuvieron bienes y/o dineros con pretensiones falsas o fraudulentas, como se explica en otra parte de la acusación.
A raíz de esta decisión de Bonadio, los defensores de los Jinkis pidieron el cese de la prisión domiciliaria y la excarcelación. El pedido fue girado por el juez al fiscal del caso, Eduardo Taiano, quien deberá decir si está de acuerdo o no con el pedido de las defensas. Una vez que el fiscal dictamine, Bonadio está en condiciones de decidir si libera o no a los empresarios.