Una dieta que contenga todos los nutrientes puede ayudarnos a prevenir enfermedades e incluso a mejorar nuestra expectativa de vida. Por eso, muchas veces los especialistas en nutrición recomiendan alimentarse con "todos los colores del arco iris", una metáfora de lo que sería una dieta completa y equilibrada.
Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han reconocido los efectos beneficiosos sobre derivados de un mayor consumo de alimentos de origen vegetal. Este grupo, además de suministrar nutrientes, contiene compuestos bioactivos con efectos fisiológicos sobre la salud como, por ejemplo, antioxidantes.
El licopeno es un pigmento carotenoide que no se convierte en vitamina A. Es responsable del color rojo de los tomates, la sandía, el durazno o el pomelo rosado. El tomate y sus productos procesados son los que intervienen en mayor medida en su ingesta. Los carotenoides son pigmentos naturales sintetizados por las plantas. Aunque su importancia se ha centrado en los que poseen vitamina A, en la actualidad otros carotenoides, como el licopeno, han despertado interés por sus múltiples propiedades.
La Primera y la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizadas por la cartera sanitaria nacional en 2005 y 2009, respectivamente, mostraron que sólo el 4,8 por ciento de la población argentina consume cinco porciones diarias entre frutas y verduras, lo que equivale a los 400 gramos que recomienda la OMS. El promedio de porciones consumido por habitante en nuestro país es de 1,9 por día. Sólo el 37,6 por ciento de la población ingiere verduras todos los días, cifra menor a la hallada en 2005 (40 por ciento).
El de frutas se mantuvo estable: 36,3 por ciento en 2005 y 35,7 por ciento en 2009. Aunque lo prioritario sería poder incrementar la ingesta per cápita de vegetales, en los casos de ingesta reducida, que implica una posible carencia de fitoquímicos.
La estrategia es suplementar
La absorción de los carotenoides presentes en la dieta depende de múltiples factores. Dado que generalmente se encuentran asociados a la matriz del alimento, es necesaria su liberación para ser absorbidos. Los dos principales factores que afectan a la absorción de los carotenoides son: la presencia de aceite y la fibra dietética.
Una vez en circulación, el licopeno se concentra en determinados tejidos como testículos, próstata, glándulas adrenales, hígado y riñones.
Muchas de las enfermedades crónicas como cáncer, obesidad, diabetes y las cardiovasculares se asocian a procesos de oxidación celular mediados por los radicales libres. Cuando actúan sobres las grasas, los radicales libres generan daño en las membranas y efecto citotóxico. Cuando atacan a las proteínas, producen oxidación de aminoácido y entrecruzamientos (cross linking) de cadenas peptídicas, mientras que cuando lo hacen sobre los genes, se observa mutación y carcinogénesis.
Suplementar la dieta con cápsulas de licopeno –disponible en farmacias y dietéticas- es una estrategia inteligente para quienes desean obtener al máximo sus beneficios.
Otros beneficios
Por otro lado, existe evidencia sobre la asociación inversa entre la ingesta de licopeno y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Esta es especialmente fuerte para cáncer de próstata. Entre los mecanismos detrás de la inhibición de la carcinogénesis están el aumento de sistemas de detoxificación y la interferencia en la proliferación celular con inhibición del ciclo celular.
La enfermedad cardíaca isquémica es una de las principales causas de muerte en el mundo. Y el estrés oxidativo, inducido por radicales libres sobre el colesterol malo, juega un rol central en la patogénesis de la aterosclerosis. El licopeno previene la oxidación del colesterol malo. La hiperplasia prostática benigna es una de las patologías prevalentes en la población masculina. Y el carcinoma de próstata es el cáncer de mayor prevalencia en hombres. Si bien es posible detectarlo tempranamente, son esenciales las estrategias destinadas a la prevención.
Hay evidencia de que el licopeno inhibe la progresión de la hiperplasia benigna de próstata a cáncer y reduce los niveles de marcadores como el PSA. Su efecto incluye acciones sobre los andrógenos que generan crecimiento prostático. Dada la buena tolerancia, la ausencia de riesgo toxicológico y los importantes beneficios sobre la salud de este nutracéutico, se justifica su uso como suplemento dietario.