El histórico descenso del 8,49% sufrido este lunes en el precio de las acciones que se negocian en la Bolsa de Shanghái repercutió de inmediato en los mercados de valores más importantes de Europa, Estados Unidos y América Latina.
Las pérdidas eran especialmente fuertes en las empresas del sector petrolero debido a la nueva caída del crudo en los mercados internacionales. Así PetroChina bajaba un 9% poco antes de la media sesión, mientras que Sinopec caía un 8,21 por ciento.
En el segundo mercado del país, el de Shenzhen, con mucho peso de los valores tecnológicos, las pérdidas se situaban en el 7,61 por ciento. Mientras, en Hong Kong, el índice de referencia Hang Seng llegó a la media sesión con un fuerte descenso del 4,64% (1.039,92 puntos) hasta quedar en 21.369,7 enteros.
La firma de inversiones hongkonesa KGI señalaba hoy en un comentario que el espacio para una recuperación del Hang Seng a corto plazo "es limitado" debido a la fuerte presión a la baja del mercado.
Esta debacle generalizada, que ya cuenta varias semanas, arrastró las bolsas de Alemania, Gran Bretaña, Italia, Francia y España. Pero también generó alarmas en Wall Street. Allí, el Dow Jones perdió un 3,55% y el Nasdaq un 3,82 por ciento.
En América Latina, en tanto, el Bovespa fue el que primero sintió el cimbronazo chino. El índice brasileño se desplomaba casi un 6 por ciento poco después de la apertura de los negocios y volvía a tocar sus niveles más bajos desde abril de 2009. Finalmente cerró con una pérdida del 3,03 por ciento. En tanto, la bolsa de México también sufría: caía 4,61% en su apertura. La bolsa de Buenos Aires se desplomó un 6,3%; la de Santiago un 2,77 por ciento. Y la bolsa de Lima cayó al cierre en 4,33%.
En Europa los mercados sufrieron los siguientes derrumbes. España -5,01% (la peor en tres años); Alemania -4,70%; Gran Bretaña -4,67%; Francia -5,35%; y Milán, -5,95%.
El pasado 3 de julio Infobae daba cuenta de la alarma mundial que se encendía como consecuencia del desplome de las operaciones chinas y del valor de sus empresas. En tres semanas había perdido más de 2,5 billones de dólares y el cimbronazo comenzaba a sentirse en el resto del planeta.
El régimen chino tomó medidas para frenar la debacle de su economía. Pero no fue suficiente. El pasado 11 de agosto su banco central decidió devaluar el yuan, lo que constituyó una resolución histórica para la moneda oriental.
China devaluó casi un 2% el yuan con respecto al dólar, en la mayor revisión a la baja del valor de su moneda en dos décadas, y reformó el sistema cambiario, para estimular su economía tras la caída del comercio exterior.
El Banco Popular de China (central) anunció una renovación en el mecanismo de fijación del tipo de cambio del yuan para tratar de acercarlo a su valor real del mercado, que tuvo como efecto inmediato una caída de la divisa china en comparación con el dólar.