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El gobierno riojano logró su cometido: expropiar rápidamente del Nuevo Banco de La Rioja (NBLR) para que a la polémica se la lleve el viento y las sospechas de corrupción en torno a los subsidios concedidos por el Estado provincial se conviertan en un vago recuerdo. Esta semana se cumplió el único requisito que faltaba: el Banco Central (BCRA) autorizó la maniobra, pese a que lo habitual es que ese proceso dure meses.
El Banco de Santiago del Estero tenía el 70% de las acciones del NBLR. Nunca el gobierno riojano lo cuestionó. Incluso el 13 de abril aprobó la memoria y el balance sin hacer observaciones. Pero algo cambió y de un día para el otro decidió expropiar esas acciones. El viraje fue tan vertiginoso, que la declaración de utilidad pública, que es el paso previo para expropiar algún bien, ni siquiera estaba en el orden del día de la Legislatura cuando fue aprobada y tuvo que votarse sobre tablas.
Aunque públicamente el gobierno de Luis Beder Herrera alegó una serie de incumplimientos por parte de los ahora ex propietarios, es llamativamente sugestivo que la operación se concretó en la misma semana en la que el NBLR informó ante el BCRA una serie de operaciones sospechosas vinculadas a subsidios estatales.
En concreto, el banco riojano reportó al Banco Central irregularidades con respecto a 96 ONG, a muchas de las cuales debió procederse a cerrar sus cuentas. "Se destaca que 15 de esas entidades recibieron en los últimos 18 meses aproximadamente 570.000.000 de pesos, y que de ese importe se retiraron por caja más de 300.000.000 de pesos en efectivo", denunció el directorio en la solicitada.
El ministro de Hacienda riojano, Ricardo Guerra, notificó el viernes a la noche al directorio del Nuevo Banco Rioja, con mayoría de los ex socios privados, que por disposición 247 del BCRA la expropiación no fue objetada y por ende seguía en curso la adquisición dispuesta por la Legislatura provincial.
"Después de cumplir con todos los pasos legales y reglamentarios establecidos por las normas del BCRA, la legislación provincial y la ley de entidades financieras, podemos decir que el Nuevo Banco de La Rioja es propiedad de la Provincia", indicó Guerra.
El funcionario advirtió que aunque en el futuro se busquen otros socios privados, "nunca más la provincia será minoritaria" en la administración de la banca, en una declaración que va en sintonía con la épica que el bederismo buscó darle a la expropiación.
