Falleció Agustín Mario Cejas, una gloria de Racing

A los 70 años, falleció uno de los arqueros más importantes en la historia de la "Academia". El club lo despidió con un comunicado oficial

Racing recibió el viernes con una pésima noticia vinculada a uno de los ídolos más representativos de todos los tiempos: Agustín Mario Cejas, dueño de la valla racinguista durante varios años, marcando prácticamente una época y estilo en la institución, murió a los 70 años de edad (nació el 22 de marzo de 1945).

Para el fútbol argentino también es una triste noticia, por tratarse de uno de los hombres más destacados de la historia bajo los tres palos: tiene el récord de presencias con la camiseta del elenco de Avellaneda y además la mayor marca de imbatibilidad, con 666' sin recibir un gol entre 1975 y 1976.

Cejas realizó las divisiones formativas en Racing y debutó en Primera División en 1962, quedándose en la entidad de sus amores hasta 1970 sin interrupciones. Posteriormente probó suerte en el mágico Santos de Brasil (1970-1974), pasó por Huracán (1975), Gremio (1976), regresó a Racing (1977-1980) y le puso un moño a su intachable trayectoria en River, donde estuvo en 1981.

El recordado guardavallas jugó 334 partidos con los colores de la "Academia", integró el mítico conjunto de Juan José Pizzuti y fue uno de los baluartes del equipo que se proclamó campeón local en 1966, de la Copa Libertadores 1967 y la Intercontinental del mismo año frente al Celtic de Escocia. También obtuvo un título en Brasil y otro doméstico en el "Millonario".

Tristeza, tremenda tristeza. No hay otra manera de explicar lo que sintió todo Racing al enterarse del fallecimiento de Agustín Mario Cejas. El fantástico arquero, campeón del mundo con el Equipo de José en 1967, padecía una severa enfermedad y murió hoy, a los 70 años, dejando una profunda congoja en el que corazón de quienes lo conocieron. El club, agradecido por todo lo que dio a lo largo de tantas temporadas, les envía sinceras condolencias a sus familiares y a sus seres queridos. Es el deseo de Víctor Blanco y de la Comisión Directiva que el pueblo académico ubique para siempre en las páginas de gloria de la institución a semejante ídolo.