La principal organización indígena de Ecuador proclamó el lunes desde la andina ciudad de Latacunga (sur) un "levantamiento" contra el gobierno del presidente Rafael Correa, antes de unirse a una huelga convocada por opositores el próximo jueves.
Centenares de indígenas que emprendieron hace nueve días una marcha hacia Quito desde la amazónica provincia de Zamora Chinchipe (sureste) anunciaron protestas contra el mandatario a nivel nacional.
De su lado, Correa señaló en su cuenta de Twitter que esta será una "semana crucial para el país". El gobernante llamó a sus seguidores a "reaccionar y demostrar nuestra indignación y rechazo al pasado".
También pidió a los ciudadanos "proteger las carreteras, la obra pública, todo lo alcanzado. A trabajar con más amor de Patria este jueves", escribió.
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Más temprano, Correa, quien reivindica una alta popularidad en amplios sectores y el respaldo de grupos indígenas consideró ante la prensa que la movilización anunciada "va a ser un fracaso".
En diálogo previo con la AFP, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Jorge Herrera, señaló que tras la proclama "habrá plantones, habrá movilizaciones (...) hasta tener respuestas por parte del Gobierno, hasta cuando se archiven esas enmiendas constitucionales".
Los indígenas, que en 2014 realizaron una protesta similar que el gobierno tildó de fracaso, exigen el retiro de un paquete de enmiendas constitucionales que tramita el Congreso, de mayoría oficialista, incluida una que le permitiría a Correa, en el poder desde 2007, postularse a un nuevo mandato.
Los nativos también piden que se archiven leyes o iniciativas sobre la administración del agua y de la tierra, que en la práctica les quita poder en el manejo de esos recursos en sus territorios.
Herrera agregó que la marcha "ha sido el mecanismo para hacer la convocatoria a levantar el ánimo, a levantar fuerzas en el país", pero descartó que busquen "la caída del Gobierno".
El mandatario, que enfrenta desde hace dos meses un movimiento irregular de protesta contra sus políticas de corte socialista, ha relacionado las manifestaciones con una conspiración en marcha para sacarlo del poder antes de las elecciones de 2017.
Las protestas estallaron el 8 de junio a raíz de una propuesta de Correa para elevar impuestos a las herencias y a la plusvalía para redistribuir la riqueza, según dijo, lo que desató la ira de empresarios, organizaciones de derecha y de la clase media.
Las manifestaciones devinieron en una crítica generalizada al Gobierno y al estilo de gestión del presidente, que sus adversarios tildan de autoritario.
En ese marco, sindicatos y grupos sociales programaron un paro para este jueves, al que se plegarán organizaciones indígenas descontentas con la gestión de Correa.