¿Qué edad tenés en realidad?

Recientes estudios revelaron que existen factores del estilo de vida actual que aceleran el envejecimiento. Cómo saber si tu organismo comenzó a deteriorarse

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Analizando los niveles de colesterol, el índice de masa corporal o la presión sanguínea es posible medir las diferencias entre edad biológica y edad cronológica, es decir, los años que tenemos según la fecha de nacimiento y los que efectivamente tiene nuestro organismo.

Ahora bien, científicos aseguran que el proceso de envejecimiento comienza a mediados de los 20 años, y que a los 38 una persona puede tener una edad biológica de 60. ¿Cómo puede ser tal diferencia? ¿En qué momento se produce ese desfase? ¿Es posible revertir ese envejecimiento que comenzó de manera prematura?

Las preguntas se suceden una tras otra. Y por eso Infobae se propuso analizar en detalle este fenómeno que es motivo de constante investigación científica.

Es que si bien el envejecimiento forma parte del proceso natural de la vida, los avances en la investigación científica están haciendo importantes aportes que comienzan a descifrar los mecanismos implicados en esta degeneración natural y las formas posibles de efectuar una prevención eficaz.

Aunque el envejecimiento se estudia normalmente en los adultos, un estudio norteamericano de la Universidad de Duke publicado recientemente por la revista de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) reveló que algunos signos de envejecimiento pueden detectarse desde mediados de los 20 años y alertar para instrumentar medidas de prevención.

La investigación realizada con más de mil personas demostró que incluso a los 38 años es posible tener una edad biológica cercana a los 60 y sólo tres de los participantes en el estudio tenían un ritmo de envejecimiento biológico negativo, rejuveneciendo durante la treintena.

Los investigadores emplearon un algoritmo que incluye 18 biomarcadores, como el índice cintura-cadera, la salud de las encías, el nivel de colesterol y triglicéridos o la presión arterial, y calcularon la edad biológica de los individuos que querían estudiar.

"Algunos casos detectados mostraban un envejecimiento de hasta tres años biológicos por año cronológico"

Además, midieron la longitud de los telómeros –son los extremos de los cromosomas, que se van acortando en cada división celular–, que se acortan con la edad.

Cuando los científicos analizaron en profundidad a los que habían envejecido más rápidamente, encontraron signos de deterioro a los 26 años.

Mientras la mayoría de los analizados había envejecido a una tasa de 1,2 años biológicos por cada año cronológico, un porcentaje considerable superaba esa cifra y algunos casos detectados mostraban un envejecimiento de hasta tres años biológicos por año cronológico.

Los autores del trabajo observaron que aquellos que envejecían más rápido y tenían una edad biológica mayor sufrían un descenso más rápido del cociente intelectual, mayor riesgo de demencia o peor equilibrio.

Sobre qué factores de la vida cotidiana ocasionan que una persona tenga un envejecimiento biológico superior al cronológico, el ingeniero en alimentos brasileño Leandro Teixeira explicó a Infobae que "en el mundo actual, diversos agentes afectan la estabilidad del ADN y eso se traduce en una aceleración del envejecimiento". Y enumeró: "El estrés, sedentarismo, obesidad, el smog, la alimentación pro inflamatoria de la modernidad, químicos que se utilizan en los diversos cultivos que después llegan a nuestra mesa, sólo para mencionar algunos".

Ahora, ¿de qué manera se puede revelar la edad biológica de una persona? Según Teixeira, "la forma más concreta de tener una noción de la edad biológica se logra midiendo el largo de los telómeros". "Sin embargo –siguió el especialista– los procesos de medición actual no están estandarizados y es difícil llevarlo a la práctica diaria, por los costos y lo complejo de realizarlo, por lo cual lo utilizamos sólo en estudios de investigación".

"Este estudio de la Universidad de Duke a través de un algoritmo matemático logró relacionar factores que se pueden ver en la consulta médica (obesidad abdominal, tensión arterial, estado general, nivel de actividad física, salud dentaria, visual) y otros que se observan en simples análisis de sangre (niveles de colesterol, glucemia, proteína C reactiva) con el largo de los telómeros y la edad biológica", explicó Teixeira.

Tras asegurar que "el concepto de envejecimiento conlleva implícita la idea de cambios", el especialista remarcó que "si bien la vejez no es sinónimo de enfermedad, ni dependencia, el paso del tiempo ejerce efectos de desgaste sobre nuestro organismo y nos expone a un mayor riesgo de enfermedades".

Y recomendó: "Tomando conciencia de los procesos que se suceden a nivel biológico, podemos instrumentar medidas que nos ayuden a tener un envejecimiento activo y saludable".

La clave está en los genes

Se cree que un gen
Se cree que un gen heredado del hombre de Neandertal es el responsable de la adicción al tabaco, entre otras. 162

Estudios precedentes ya habían demostrado que la pérdida en la estabilidad de ADN y acortamientos en los telómeros son los procesos genéticos clave que se suceden en el envejecimiento, influenciados por los hábitos de salud y el medio ambiente.

Ocurre que los extremos de los cromosomas a medida que se replican, con el paso de los años, se van acortando, generando pérdida de la estabilidad del ADN y desencadenando enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, Parkinson, Alzheimer y muchas más.

El equipo del doctor David Sinclair de la Universidad de Harvard fue precursor en la identificación de un nutriente conocido como resveratrol de síntesis de alta pureza, que activa el gen Sirt1 estabilizador del ADN.

Terrie Moffitt, la principal autora del estudio, declaró que "la medicina puede ser capaz de ralentizar el envejecimiento y de ofrecer a la gente años más activos".

"El nutriente Framintrol, al activar el gen Sirt1, enlentece el acortamiento de los telómeros y disminuye la incidencia de enfermedades del envejecimiento"

Por su parte, el profesor austríaco Guedale Bronstein sostuvo que el nutriente, al activar el gen Sirt1, enlentece el acortamiento de los telómeros y disminuye la incidencia de enfermedades del envejecimiento. El científico recomendó tomar 50 miligramos diarios de Framintrol (equivalente a 1 comprimido) en forma continua, sin importar la edad que la persona tenga, ya que no tiene efectos secundarios y va a actuar tanto preventivamente como en los casos en los que alguna de estas enfermedades este presente.

Dan Belskey, investigador de la Universidad Duke, indicó que este tipo de terapias para ralentizar el envejecimiento pueden ser más efectivas en personas jóvenes porque los procesos relacionados con la enfermedad aún no se pusieron en marcha.

En ese sentido, Teixeira remarcó que "para lograr eficacia en la estimulación de los genes protectores la sustancia debe cumplir determinados requisitos de pureza, biodisponibilidad y potencia que en el mundo sólo demostró alcanzar el nutriente Framintrol".

La edad biológica se refleja en el espejo

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El tiempo no pasa igual para todos. Cuando se acercan los 40, sólo unos pocos afortunados siguen pasando por veinteañeros mientras otros parecen cerca de la edad de jubilación.

Cuando se pidió a los estudiantes de la Universidad de Duke que observaran las fotos de los participantes del estudio, coincidieron en calificar como "más mayores" a aquellos que habían envejecido más rápido biológicamente.

Asimismo, los propios voluntarios que acumulaban años biológicos a mayor velocidad tenían una percepción peor sobre su salud.

Al respecto, consultamos a Teixeira sobre si una persona que a los 40 años descubre que su edad biológica es de 70, está a tiempo de revertir ese proceso, a lo que el especialista aseguró que "hoy es posible".

"El nutriente Framintrol fue formulado específicamente para estimular genes protectores y poner un freno al avance de la edad biológica"

, destacó el especialista, quien de todos modos incentivó a "tener una actitud de vida positiva y mantenerse en movimiento físico e intelectual", todos hábitos que tienen un impacto positivo para un envejecimiento saludable.


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