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en su cuenta de
. El incidente con la red le sumó 6.000 en sólo cinco días, luego de la clausuraran y la volvieran a abrir.
Melissa Jean Wilbraham estaba en una conferencia fotográfica el sábado cuando la notificaron del cierre. Aparentemente, las imágenes de mujeres amamantando a sus hijos les parecieron indecentes a los controladores de la red.
"Fui castigada por celebrar el milagro de la vida", dijo en diálogo con el DailyMail.
Pero no se quedó quieta. Junto a sus seguidores, impulsó una campaña para denunciar la censura y exigir la reapertura de la cuenta. "Me demostraron que tenía mucho apoyo", contó.
El problema era que algunos comentaristas reportaban las fotos, y eso llevó a Instagram a tomar la decisión de darla de baja.
"En realidad estoy muy agradecida a los odiadores, porque sin ellos esto no habría ocurrido. Que haya gente que se opone a mi trabajo atrajo mucho atención", explicó.
Lo cierto es que bastaron tres días para que Instagram reviera la situación y se rectificara. "Revisamos lo que ocurrió aquí y nos dimos cuenta de que fue un error, que ya hemos enmendado", dijeron voceros de la empresa al periódico británico.
"Lamentamos mucho lo ocurrido, pero usamos estos casos para aprender y mejorar. Ya nos hemos puesto en contacto con Wilbraham para disculparnos", agregaron.